Ixtepec, Oax.- De Colombia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, El Salvador, China, la India, Afganistán, Arabia Saudita, Egipto y Venezuela son algunas nacionalidades de los migrantes que han llegado al albergue “Hermanos en el Camino” ,ubicado en Ixtepec, Oaxaca, con la esperanza de obtener un permiso del Instituto Nacional de Migración (INM).
El refugio fundado en 2005 por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra está saturado, las comidas se han reducido a dos, y también los espacios para dormir por la gran cantidad de migrantes que han arribado.
Este aumento masivo inició hace 15 días, cuando supieron que en este lugar daban los permisos para circular por México.
Cabe recordar que el INM cerró en diciembre pasado un campamento provisional que tenía en Tapanatepec donde entregaba Formatos Migratorios Múltiples (FMM) hasta por 15 días.
Tener el permiso impide la detención de los migrantes por territorio mexicano la mayoría tiene la finalidad de llegar a Estados Unidos, pero otros como Dora del Carmen Ramírez Centeno, han pensado quedarse en la frontera norte o inclusive en Oaxaca.
Huí de Nicaragua junto con mi hija de 14 años, porque vivíamos mucha violencia, no hay empleo; allá vendía comida y no ganaba nada, preferimos migrar y apenas ayer jueves nos entregaron un permiso por año.
Los permisos que da el INM en el refugio tardan hasta 10 días en ser entregados en el caso del oficio de salida, pero en el caso de la tarjeta por razones humanitarias, tarda hasta 30 días.
Cinco días a la espera de un turno
Afuera del albergue hay migrantes esperando su turno en las casas de campaña que instalaron.
“Llevamos cinco días esperando su turno, entendemos que acá nos ayudan con los trámites, y eso es bueno, pero es lento, nos dicen que demoran entre 20 y 30 días”, dicen.
Familias enteras y mujeres con niñas y niños y adolescentes son los que más demandan estos permisos, ya que están más expuestos a la violencia.
“Hermanos en el camino”, saturado
En su cuenta de Facebook, el albergue “Hermanos en el camino” anunció que estaban saturados y pidió apoyo para comida y ropa.
El lenguaje para los chinos y afganos no se ha convertido en una barrera de comunicación, pues a través del inglés y algunos traductores pueden comunicarse.
Desde agosto de 2022, en el Istmo de Tehuantepec, en esta frontera sur con Centroamérica, inició una gran afluencia de migrantes.
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