Aumenta preocupación y estrés en niñas, niños y adolescentes, por regreso a clases

Debido a las carencias tecnológicas y económicas que viven en zonas rurales e indígenas de Chiapas.

Por Ángeles Mariscal

Chiapas. Este lunes 24 de agosto inicia el ciclo escolar en México; es el regreso a clases, y según lo diseñó el gobierno de México, para disminuir el riesgo de contagio por el coronavirus SARS-CoV-2, las clases serán a distancia.

Para poder hacerlo, niñas, niños y adolescentes, tienen que tener en su casa, al menos luz, televisor, y señal de televisión.

En la realidad que se vive en Chiapas, esto no es del todo posible. De acuerdo al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), en 2019 sólo 3 de cada 10 hogares en el estado tenía acceso a televisión; y sólo 16 de cada 100 personas acceso a internet. En algunas regiones rurales e indígenas, ni siquiera hay luz eléctrica.

Esto coloca a los niños, niñas y adolescentes en una situación de preocupación por la imposibilidad de estudiar, que se suma a la preocupación que ya tenían por la economía de sus familias, y el miedo al contagio del nuevo coronavirus.

Jennifer Haza, directora de la organización Melel Xojobal, que trabaja con niñas, niños y jóvenes indígenas de Chiapas, en la promoción, defensa y ejercicio de sus derechos para el mejoramiento de su calidad de vida, sostuvo que con las condiciones en las que se planeó el regreso a clases, aumentan preocupación y estrés en niñas, niños y adolescentes, por la desventaja que tienen.

– ¿Cuál es el estado emocional de las niñas, niños y adolescentes, en el marco de la pandemia?
– Desde Melel Xojobal, a partir de una consulta que se realizó a niños, niñas y adolescentes en San Cristóbal de las Casas, pero también escuchando a otros en el país, identificamos que en el marco de la pandemia, ellos y ellas expresan tener fuertes sensaciones de aburrimiento, preocupación a quedarse sin trabajo, a quedarse sin dinero, sin comida, enfermarse o morir por Covid-19, Y preocupación porque las personas de sus familias tengan que salir a trabajar.

“También les preocupan las discusiones al interior de su familia. Eso les pone tristes. Las niñas y niños han estado en una situación de mucho estrés, tanto quienes están en casa, como quienes tienen que salir a trabajar diariamente”.

– ¿Las condiciones tecnológicas en las que se espera inicien el ciclo escolar, en qué situación los coloca?
– Las condiciones de acceso a internet y la tecnología en casa, no son la generalidad para las niñas y niños en nuestro estado. Esto les coloca en una situación de preocupación, de estrés. Por un lado, al tener que superar estos obstáculos para cumplir con las tareas.

“También conocemos a niñas, niños y adolescentes que tienen miedo, primero de no lograr la inscripción, sobre todo porque los trámites de inscripción para Secundaria, Preparatoria y Universidad, están siendo en línea (por internet)”.

Añadió que además existe el temor de perder el año, y para muchas y muchos, está el estrés y la preocupación por la imposibilidad de estudiar, dada la situación económica de muchas familias que perdieron sus ingresos, sus empleos.

“Eso puede representar para muchas niñas, niños y adolescentes, sobre todo para las niñas y mujeres el riesgo de no seguir estudiando, que se priorice el estudio de los varones de la familia, o de ninguno de los miembros de la familia”.

– ¿Qué recomendación darías a las niñas, niños, adolescentes, y sus padres y madres?
– Haría dos invitaciones. La primera, que las familias se pudieran dar espacios para dialogar sobre los sentimientos, las preocupaciones, las emociones; también espacios donde se pueda pedir ayuda. Que haya comunicación para poder atender las situaciones entre todos los miembros de las familias.

Añadió que la otra invitación sería a organizarse entre los padres y las madres; las maestras y maestros; las niñas y niños; las y los jóvenes; para estudiar, para ver las clases, para hacer las tareas.

“El desafío es pensar y crear nuevas formas de hacer escuela, nuevas formas de hacer comunidad educativa. Para poder romper con esto que se está queriendo imponer, en que cada quien resuelva lo de la escuela por su propia cuenta. Creo que es mejor si pensamos que en conjunto podemos hacer escuela, también que podemos aprender otras cosas cuando estamos juntos, y que necesitamos la solidaridad y el apoyo de todas y todos, para salir adelante”.




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