La Real se mide a un equipo de Tercera División, pero que tras de sí tiene una estructura, una ciudad (80.000 habitantes) y una historia de Segunda B. De ahí que su objetivo durante las últimas temporadas no haya sido otro que el del ascenso a la categoría de bronce del fútbol estatal.
Aunque bajo la actual denominación -Agrupación Deportiva Ceuta- sólo exista desde el año 2013, este club es el heredero de una historia de fútbol de bronce e incluso plata en la Ciudad Autónoma. El último club ceutí que paseó su nombre por Segunda y Segunda B fue la Asociación Deportiva Ceuta, que sufrió un descenso administrativo a Tercera tras la campaña 2011/2012. Como consecuencia de ello se fusionó con el Club Atlético Ceuta, que acababa de subir a esa misma categoría y es desde esa plaza en el cuarto escalón del fútbol estatal desde la que la entidad ahora presidida por Luhay
Hamido está intentando regresar a una Segunda B que no pasa el estrecho desde hace ocho años.
De la mano del nuevo presidente, el club norteafricano ha recuperado la capacidad de convocatoria y la ciudad ha vuelto al Alfonso Murube. Ya durante las dos últimas campañas ha crecido de forma sensible la afluencia de público al campo y la ciudad está volcada ahora con la eliminatoria de Copa frente a la Real.
Ayer se habían vendido ya más de 5.000 de las 6.000 localidades que tiene el campo ceutí y en el seno de la entidad norteafricana esperan que el estadio registre prácticamente un lleno a partir de las 16.00 horas que comenzará el encuentro.
Un público caliente
Allí la Real se encontrará un ambiente caliente, un escenario probablemente muy distinto al de la primera ronda en la Balastera. Las diferencias irán más allá del propio césped, puesto que el público de Ceuta es más caliente y, sobre todo, está más identificado con el equipo, puesto que no hay que olvidar que el Becerril jugó en la capital de la provincia, no en su campo y en su pueblo.
El propio presidente Luhay
Hamido dijo, no obstante, que los jugadores txuri urdin no se toparán con una afición hostil, aunque sí con unos seguidores que apoyarán mucho a su equipo y que serán ruidosos en pos de empujar a los suyos hacia una clasificación histórica.
No es una parroquia conflictiva, pero bien es cierto que el pasado 17 de noviembre el trío arbitral tuvo que abandonar el estadio con la ayuda de un furgón policial, puesto que una veintena de aficionados le esperaban a la salida del terreno de juego después de la derrota del conjunto local ante el Xerez Deportivo. En cualquier caso, hoy las medidas de seguridad y de protocolo serán muy distintas a las de un partido de Tercera División, puesto que la Federación impone sus exigencias.
Arturo
Cordero, uno de los dos fichajes de invierno del Ceuta, podría jugar hoy frente a la Real. Este portero, fichado del Pobla de Mafumet, aunque con experiencia en Segunda B en el Recretaivo de Huelva, fue incluido en la convocatoria para medirse al conjunto txuri urdin. No sucedió igual con el otro fichaje invernal del club norteafricano, Espinar, procedente del Sevilla B. El centrocampista se quedó fuera de la citación, puesto que se incorporó a la disciplina ceutí este viernes. Apenas ha tenido tiempo de entrenarse junto a sus compañeros. La lista de convocados del Ceuta es la siguiente: Ramírez, Arturo, Benji, Juanan, Álex
Sánchez, Pozo, Víctor
González, Guti, Julio
Iglesias, Ismael
César, Ismael
Maruja, Chakir, Polaco, Ezequiel, Nané, Cristo y Pliego,
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