Aún hay esperanza para erradicar el dengue


A primera hora, matemáticas, a segunda, historia y antes del recreo, clase de cómo prevenir dengue. En un momento en el que la educación de la población sobre enfermedades cobra un significado especial, dos investigadores han analizado si sirve para algo formar a estudiantes en estas nociones. Estos dos especialistas han medido cómo influyen los programas educativos sobre dengue, una enfermedad transmitida por mosquitos que mata a 100.000 personas al año, en Malasia. Los expertos concluyen que aumenta la protección de la comunidad en general cuando hay formación en los colegios.

Tras la pandemia, la humanidad tendrá que extraer muchas lecciones. Una de ellas es la de implicar a la población en la prevención de enfermedades contagiosas. En el caso de la covid-19 los ciudadanos han interiorizado como un mantra el lavado de manos. Si hablamos del dengue, malaria o zika, la sociedad debe saber dónde se crían los mosquitos que transmiten la enfermedad, que en la mayoría de los casos es en el agua estancada de casas y jardines. “Una persona infectada es suficiente para amenazar a toda la comunidad. Por lo tanto, la educación es muy importante para garantizar que todos los ciudadanos sean responsables”, detalla la investigadora y entomóloga Wan Fatma Zuharah en un correo electrónico.

Los expertos estudiaron el conocimiento de más de 200 alumnos de dos colegios ubicados en una región de Malasia con alta incidencia de dengue y que sufrió desastrosas inundaciones hace un lustro. Se les facilitó un cuestionario con medio centenar de preguntas. A continuación se les dio una clase de unos 15 minutos acompañada del reparto de folletos y se les pidió que compartieran con sus familiares y amigos lo que habían aprendido. Una semana después se les repitió el cuestionario, y los estudiantes demostraron haber interiorizado las nociones básicas para protegerse ellos mismos y a su entorno. “Los políticos deben entender que las enfermedades no pueden controlarse con un solo enfoque, sino que hay que evaluar constantemente la información que tiene la población”, puntualiza la especialista.

Una persona infectada es suficiente para amenazar a toda la comunidad. Por lo tanto, la educación es muy importante para garantizar que todos los ciudadanos sean responsables

Si algo hemos aprendido de la crisis del coronavirus es que una dolencia que nace en un punto del globo puede recorrer miles de kilómetros en cuestión de días. Hace años que el dengue dejó de ser una enfermedad tropical y ya está instalada en países como España, que el año pasado registró su primer caso autóctono. El entomólogo Rubén Bueno es especialista en control de plagas, especialmente de mosquitos. “En España estamos comenzando a implementar formación ya en varios ámbitos, en los que también se incluyen los centros educativos. Los resultados de los que se dispone indican que, no solo hay una gran aceptación e implicación por parte de los escolares, sino que además ellos sirven como un perfecto elemento amplificador al resto de la unidad familia acerca de las pautas a seguir”, apunta.

La amenaza está más cerca de lo que parece, varios estudios señalan que los mosquitos que transmiten enfermedades como la malaria, el dengue o el zika han encontrado en las ciudades un paraíso. Aunque su hábitat original para poner huevos son los huecos de los árboles de una selva tropical donde hay agua estancada, estos insectos se han adaptado muy bien a los entornos urbanos.

A pesar de los buenos resultados cuando se ha aplicado, la formación en los colegios no es la norma, pero sí hay algunos ejemplos desde hace años en los lugares con mayor incidencia. “Los programas escolares sobre dengue tienen un alcance limitado en el mundo. Sin embargo, algunas escuelas en Malasia, donde están muy afectados, sí tienen su propia iniciativa que involucra también a universidades y asociaciones comunitarias”, apunta Zuharah. La Organización Mundial de la Salud avaló un programa semejante en Arabia Saudí, y también ha habido iniciativas semejantes en Camboya. “La población debe conocer algunas pautas sencillas del comportamiento de los vectores, con el principal objetivo final de ser capaces de eliminar potenciales criaderos domésticos”, completa Bueno.

La entomóloga Wan Fatma Zuharah señala que la clave para que la protección comunitaria sea real es que se mantenga en el tiempo y no dependa de una clase puntual: “Es difícil esperar cambios repentinos de actitud en un corto período de tiempo. Las personas que experimentaron dengue tendrán un conocimiento significativamente mayor sobre el dengue que aquellos que nunca lo experimentan. Ahora el dengue es enfermedad de las personas porque la gente desconoce cómo se crea el hábitat de los mosquitos”.

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