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“Aún me falta para ser el mejor Martín”


Martín Merquelanz (Irun, 12/06/1995) ha vuelto a nacer futbolísticamente en Miranda de Ebro. Tras una temporada y media (casi dos años) luchando contra dos lesiones de rodilla, el jugador irundarra está volviendo a disfrutar del fútbol en el Mirandés. Allí, en su cesión, ha encontrado el microclima ideal. Es un hombre fundamental en el esquema de Andoni Iraola, ha jugado 12 de los 13 partidos de Segunda (11 como titular) y ha anotado 4 goles.



Tiene que estar disfrutando de lo lindo…

Sí. Tenía muchas ganas. He estado dos años prácticamente parado y ahora puedo estar disfrutando de minutos, de continuidad y volver a sentirme futbolista.

¿Se está sorprendiendo a sí mismo por el nivel que está dando?

Ni mucho menos. Cada día me estoy encontrando mejor, pero aún me falta para ser el mejor Martín.

¿Aún no ha cogido el ritmo que tenía antes de la primera lesión?

Me encuentro bien, pero he tenido momentos mejores y puedo dar más y rendir a mejor nivel.

¿Qué tal están sus rodillas?

Las tengo olvidadas. No tengo ni una molestia, ni una sobrecarga y no se me suele hinchar, con lo que de momento me funcionan bien.

¿Sigue con algún tipo de tratamiento especial?

Siempre que me paso por Zubieta me preguntan qué tal y me miran. Pero las revisiones que me correspondían ya las hice. Todo estaba bien. Ahora me mandan un plan de trabajo para seguir manteniendo unos niveles de fuerza y de estabilidad.

¿Le agobia que le pregunten por las lesiones? ¿Tiene ganas de que pase el tiempo y de que la gente también lo olvide y sólo le hablen de fútbol?

No, no me importa. Es algo que se ha dado así y no hay que darle más vueltas. Es fútbol, ha sido mala suerte porque han sido dos lesiones seguidas, pero no tengo problema en hablar de ello.

¿Es cierto que quedan enseñanzas de procesos como este?

A mi personalmente me ayudó a madurar porque en esas situaciones empiezas a valorar cosas que antes no tenías en cuenta. Tras casi dos años parado, valoro cada vez que salto a entrenar o a competir más de lo que lo hacía antes.

¿Se ha encontrado en Miranda justo lo que necesitaba?

En ese aspecto estoy contento. La decisión que tomé fue la correcta. Estoy teniendo la suerte de disputar partidos, de tener minutos. El estilo de juego del equipo va acorde con lo que teníamos en la Real y eso me viene bien.

¿Mimó mucho la decisión de a qué equipo salir?

Era una situación complicada. Venía de dos años parado y teníamos que priorizar que tuviera minutos. En la Real no iba a tener esa oportunidad y salió la opción del Mirandés. La vi con buenos ojos: siempre ha sido un gran club y cerca de casa y todo me llevó a no dudar mucho y a aceptar.

¿Se quedó con las ganas de jugar el año pasado?

Las recuperaciones fueron bien en los dos casos, no tuve que parar ningún día pero el año pasado se decidió que no merecía la pena arriesgar. Yo sí que tenía ganas de haber jugado algún minuto, pero el club se estaba jugando mucho y decidimos no competir.

¿Qué le pide Iraola?

El grupo está contento con él y con su idea y yo estoy con confianza. Me está dando la confianza de jugar como extremo con la libertad de encarar y de filtrar balones, pero teniendo en cuenta que cuando se pierde la bola hay que trabajar y ser uno más en defensa.

Se le ve mucho por dentro también…

He probado diferentes posiciones durante la Liga y me encuentro cómodo en cualquiera de las dos bandas o por dentro. Donde el míster crea que más puedo ayudar estaré a gusto y cuantos más minutos pueda disputar, mejor.

Pero su salsa está por fuera, ¿no?

Sí, es donde más he jugado toda la vida, pero en los últimos años empecé a jugar más a pierna cambiada y mi mejor versión la di con Imanol en la otra banda. Este año, por dentro, también me he encontrado a gusto.

¿Es cercano el contacto con Agirretxe?

Siempre tenemos gente encima, sobre todo a Imanol. Nos sigue de cerca y es el que más viene a ver los partidos. Además, una vez al mes vamos a Zubieta a hacer unos test de fuerza para hacer un seguimiento. Sigo teniendo contacto con mucha gente de Zubieta.

¿Cómo es la relación con él?

Estuvimos comiendo un día con él y nos contó su labor. Nos dijo que él también había pasado por la situación de salir cedido y que se sintió un poco olvidado porque no tenía tanto seguimiento o tanto contacto con el club. Él hace de nexo de unión con la Real y también nos comenta los partidos. Entiende el fútbol y comparte su opinión con nosotros. Nos dice lo que ha visto y lo que le ha parecido y eso ayuda mucho.

¿Vive en Miranda?

Sí. Tengo un pisito aquí y vivo solo.

Bueno, tiene a Guridi, ¿no?

Sí. Tengo mucho contacto con él, pero también conocía al capitán, Kijera, que me ayudó mucho a la hora de adaptarme. Siempre salimos a comer o hacemos algún plan por las tardes con los compañeros.

¿Qué tal le ve al azpeitiarra?

Le ha tocado rotar igual más que a mí. Pero cuando ha estado en el campo se ha notado, siempre ha dado buen nivel. En los últimos partidos está siendo indiscutible y hace dos semanas hizo un gran partido en Zaragoza.

El Mirandés da la sensación de ser un club muy familiar…

Es muy cercano. Esa es la palabra que lo define. Muy normal, que hoy en día es lo diferente. Tuvimos muy buena acogida, buen trato por parte de los compañeros, de la gente del servicio médico, de los entrenadores… Es como una pequeña familia.

¿Siente que se le sigue desde Donostia?

No sabría decirte. La verdad es que no leo mucho la prensa y no suelo ver cosas que van relacionadas conmigo.

Supongo que volver siempre estará en su cabeza…

Nuestro objetivo es volver. Me queda esta temporada y una más y mi objetivo tiene que ser volver al club, pero para ello tengo que demostrar que estoy al nivel y eso depende sólo de mi.

Ahora está el equipo como para entrar…

Ahora mismo está complicado. Están a muy buen nivel, me alegro mucho por ellos. Están jugando muy buen fútbol, bien defensivamente, compactos como equipo y me alegro de los resultados que están cosechando.

Usted fue pupilo de Imanol ¿Le reconoce a él en el juego de la Real?

Sí. Creo que la imagen o su idea se ve clara. El aficionado que va a Anoeta, desde el primer minuto, es capaz de identificar las señas de identidad del equipo: cuando tienen el balón quieren conservarlo, jugarlo, pero sin balón, desde el primer delantero todos muerden y todos quieren recuperar cuanto antes.


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