Austin Reaves vio a su equipo en apuros y decidió ponerse la capa de superhéroe para rescatarles de una situación peliaguda. El escolta de Los Angeles Lakers, un jugador no drafteado y uno de los menos mediáticos de la plantilla, entró en ebullición en el último cuarto y anotó los 10 puntos finales de L.A. para amarrar en el último minuto y medio el triunfo por 111-105 ante los Orlando Magic. La agónica victoria y los 35 puntos totales del chaval de 24 años, su máxima anotación en dos años de trayectoria profesional, permiten a los locales seguir enganchados al tren del play-in desde la décima posición del Oeste (35-37).
“¡MVP, MVP!”, le cantaron los aficionados de los Lakers a Reaves, salvador con su exhibición en el coliseo donde han brillado los más grandes de la historia. Sin LeBron James, todavía lesionado, y con Anthony Davis desacertado, el escolta desencalló a los de púrpura y oro para cortar una racha de dos derrotas seguidas que amenazaba con convertirse en su crisis definitiva.
“Ha estado genial. Le he visto siendo él mismo, lo que ha sido todo el año. Apareciendo en momentos clave, intentando hacer jugadas en los momentos finales, situando a la defensa en posiciones incómodas con su habilidad para atacar la pintura y encontrar faltas. Ha metido 35 y necesitábamos cada uno de ellos”, comentó Darvin Ham, entrenador y funambulista de los estados de ánimo en la montaña rusa de L.A.
Con un balance de 6-5 sin LeBron, los Lakers ya saben que el astro podrá volver antes del final de la temporada regular. A tiempo o no para salvar el curso, eso todavía está en el aire. Anoche fue un ejemplo perfecto de todas las carencias del equipo. Principalmente, uno de los asuntos más preocupantes es la actitud. AD, titán en ocasiones y jugador prejubilado en otras, sacó a pasear su peor versión y terminó con 15 puntos, 11 rebotes y 4 tapones en una serie de 6 de 15 en tiros de campo.
Solo D’Angelo Russell, con 18 puntos y 6 asistencias (6-12 TC; 4-8 3P), estuvo a la altura del esfuerzo del anónimo Reaves. El héroe disfrazado de superestrella añadió 6 rebotes y 6 asistencias a su exhibición de 35 tantos (9-14 TC; 1-4 3P; 16-18 TL), labrada a base de penetraciones y de forzar los topetazos de los rivales. Los 18 tiros libres del escolta resultaron clave, ya que Orlando lanzó 17 en total como colectivo.
Después de ir por delante desde el final del primer cuarto y llegar a ganar por 16 puntos en el primer tiempo, los angelinos vieron como los Magic, que están virtualmente eliminados de cualquier lucha en este tramo final de temporada, se acercaban en el marcador. Cole Anthony, con un triple, empató el encuentro a 2:37 de la conclusión y puso el miedo en el cuerpo de los locales. Reaves, sin embargo, una máquina de provocar las faltas visitantes, capitalizó su protagonismo y hasta forzó una técnica en los instantes finales a Paolo Banchero, el novato desesperado con la actuación arbitral.
“Cuando pitan así te ponen en una situación complicada. Quieres defender sin hacer falta, pero te la pitan. Supongo que estamos cometiendo falta… tuvimos una oportunidad para ganar, así que no todo es culpa de esto”, aseguró el rookie. Sus 21 puntos, junto a otros 21 de Franz Wagner, pusieron en aprietos a L.A., que para alivio de la afición logró rescatar un triunfo de la mano de su jugador menos glamuroso. La ovación fue sonada y merecida.