Las autoridades deportivas de Australia auguran avances en el deporte femenino gracias a la organización conjunta con Nueva Zelanda del próximo Mundial de fútbol femenino de 2023, que la FIFA decidió el jueves.
“Es una oportunidad que rara vez se presenta. El tamaño del evento, las cifras de las audiencias que generó (el pasado Mundial de) Francia (en 2019) y el tipo de inversión que hará esto posible. Esto es transformador”, declaró a los medios Ros Moriarty, presidenta del Consejo de Fútbol Femenino de la Federación de Fútbol de Australia.
Reunido de forma telemática, el Consejo de la FIFA respaldó ayer el proyecto de Australia y Nueva Zelanda, el mejor valorado en el informe previo de evaluación, que ofrece expandir el fútbol femenino en toda la región Asia-Pacífico, sobre la candidatura presentada por Colombia, tras la retirada previa de Japón y Brasil.
Editoriales de medios australianos comparan la importancia de la futura celebración del Mundial de 2023 con la celebración de los Juegos Olímpicos de Sídney en 2000.
“Tenemos que abordar profundos problemas en el deporte, tales como dar mayor protagonismo a las mujeres, que se conviertan en líderes deportivas y lleguen a ocupar puestos de responsabilidad en este deporte, además de asegurar que esos beneficios lleguen a toda la región Asia-Pacífico”, apuntó Moriarty, quien siguió la votación celebrada en la madrugada australiana por videoconferencia.
“Creo que cuando la conversación deje de estar tan marcada por el género, la gente se dará cuenta de que esto es estupendo para todo el deporte y de lo que el fútbol puede ofrecer a la sociedad”, declaró la presidenta al asegurar que el torneo dejará un “legado duradero y profundo” para remodelar el fútbol y el deporte femenino en Australia.
En los últimos cuatro años, los registros federativos de jugadoras en Australia han crecido un 21 por ciento, conforme a los datos de Consejo de Fútbol Femenino, y Morianty prevé que, gracias al Mundial, el número de jugadoras se multiplicará por dos durante el próximo decenio.
Las jugadoras de la selección nacional neozelandesas Ali Riley y Hannah Wilkinson, entre otras, también expresaron su alegría a través de las redes sociales al conocer la noticia.
“Nunca olvidaré este momento”, dijo la defensa Riley, que actualmente milita en el conjunto estadounidense del Orlando Pride, junto a una foto donde le brotaban lágrimas de felicidad.
“No lo podríamos haber logrado sin los votos de todos, muchas gracias a todo el mundo. Bienvenidos fanáticos del fútbol al hermoso hemisferio sur”, apuntaba Wilkinson, delantera del Sporting de Portugal, junto a un vídeo donde estallan de júbilo con otras dos compañeras de combinado nacional.
El próximo Mundial de fútbol femenino será el primero en celebrarse en dos países y aumentará el número de selecciones de 24 a 32.
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