El base de Los Angeles Lakers Avery Bradley ha anunciado que no formará parte del grupo que el equipo angelino trasladará a Orlando para la reanudación de la competición en la NBA. El jugador ha citado motivos familiares para justificar su ausencia en los playoffs y se convierte así en el primer jugador con opciones claras de luchar por el anillo de campeón en renunciar a la burbuja Disney.
“A pesar de mi compromiso con mis compañeros en los Lakers y con la organización, juego a baloncesto para mi familia. Por esto, en un momento como el actual, no puedo imaginar tomar una decisión que pudiera situar la salud y el bienestar de mi familia en el más mínimo riesgo”, explicó Bradley para justificar su decisión en palabras recogidas por la ESPN.
Bradley tiene un hijo de seis años, Liam, con serios problemas respiratorios. El jugador, por lo tanto, ha optado por poner a su familia por delante de su trayectoria deportiva. El base de 29 años, que ha sido titular en 44 encuentros esta temporada, ha promediado 8,6 puntos y 2,3 rebotes para el equipo liderado por LeBron James y Anthony Davis, que deberán ahora buscar a un sustituto a la altura del experimentado jugador.
El jugador fue uno de los impulsores de la coalición de jugadores para reforzar el compromiso social de la liga en aspectos de lucha racial, y ha aprovechado el anuncio de su renuncia para recordar que ese objetivo común sigue vigente: “Como prometí, también utilizaré mi tiempo alejado para centrarme en la creación de proyectos para ayudar y fortalecer mis comunidades”.
La decisión tendrá repercusiones deportivas y económicas para Bradley, que perderá más de 650.000 dólares en concepto de salario. Sin duda, es todo un contratiempo para uno de los principales candidatos al anillo, que deberán encontrar una solución y pescar en el mercado extraordinario de agentes libres.
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