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Aznar entra en campaña con reproches a Casado: “Muchos se agarran a los populismos porque no tienen un referente fuerte en el que confiar”

El expresidente del Gobierno de España, José María Aznar (derecha), y el candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en la Cúpula del Milenio, a 29 de enero de 2022, en Valladolid, Castilla y León (España).
El expresidente del Gobierno de España, José María Aznar (derecha), y el candidato del PP a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en la Cúpula del Milenio, a 29 de enero de 2022, en Valladolid, Castilla y León (España).Europa Press (Europa Press)

En la batalla que el PP libra con Vox en las elecciones de Castilla y León por quién representa mejor las esencias de la derecha los populares han sacado a la palestra una de sus mejores armas. El José María Aznar más españolista volvió este sábado a Valladolid para demostrar que el PP no es esa “derechita cobarde” que corean los seguidores de Santiago Abascal. “Nosotros no somos nacionalistas. Nos basta con ser españoles”, resumió contundente. El expresidente cumplió con el papel esperado como muro de contención ante la extrema derecha, pero su enérgico discurso, que puso en pie a los 500 asistentes, tuvo también un efecto inesperado: de sus palabras pudo deducirse con claridad que si el PP pierde votantes hacia Vox es porque no tiene un liderazgo fuerte. Los reproches volaron hacia su discípulo Pablo Casado. “Muchas veces oigo decir: hay que ganar para que no sé quién llegue al palacio de no sé cuántos… Oiga, la pregunta es: ¿y para hacer qué?”.

La aparición de Aznar en Valladolid estaba cargada de simbolismo en la pelea en el lado derecho del tablero. El expresidente simboliza el españolismo sin complejos que Vox disputa al PP y los tiempos de la unidad de todo lo que estaba a la derecha del PSOE. Además, como presidente de la Junta de Castilla y León entre 1987 y 1989, inauguró la larga etapa conservadora en esta comunidad que los populares llevan más de tres décadas gobernando. “Aquí empezó todo. Contigo empezó todo. Hiciste del Gobierno de España unos años prodigiosos. Un prestigio que es orgullo del PP y de toda Castilla y León. Desde Castilla y León y luego desde La Moncloa iluminaste la política en nuestro país”, rememoró Alfonso Fernández Mañueco.

El PP sabe que Aznar es una “figura respetada por los votantes de Vox”, pero en el equipo de campaña de Mañueco aseguran que no van a competir con la extrema derecha en exhibición de españolidad en estas elecciones. “No vamos a pelear por ver quién saca la bandera de España más grande”, dicen en el cuartel general de los populares. Su estrategia para arrinconar a los ultras pasa por ignorarles y reivindicar su gestión de los servicios públicos de la Junta, que están en general bien valorados por los ciudadanos. Aznar tampoco es un político neutro, apuntan en el PP; es una figura con aristas y en el ala más moderada del partido creen que funciona más bien como un riesgo que como un activo. “Puede movilizar a la izquierda”, teme un dirigente de esa sensibilidad templada. El expresidente no se encomienda a nadie para sus intervenciones y nunca deja indiferente. Es incontrolable.

Lo demostró en Valladolid, con un discurso plagado de recados a Casado. “Tenemos que ser firmes, tenemos que ser una sólida referencia en la cual confiar”, exhortó a los suyos como estrategia ante el auge de Vox. Aznar responsabilizó al PP del tirón de la extrema derecha. “Hay muchas personas que se agarran a supuestas soluciones baratas, mágicas, a populismos mentirosos o falsos, porque no tienen un referente fuerte en el cual confiar”, aseguró en lo que fue un misil a la figura de Casado. En sus palabras se colaron también mensajes velados sobre el conflicto del líder del PP con Isabel Díaz Ayuso. “Alfonso”, le dijo a Fernández Mañueco. “Para ser un gran líder y un gran presidente, y tú eres las dos cosas, hay que rodearse de los mejores. Sin tener ninguna reserva, tenerlos al lado”. El mensaje era claro.

El expresidente del Gobierno no suele prestarse a apariciones estratégicas, pero todo el PP se ha alineado detrás de Mañueco al toque de corneta de Génova. El partido se ha volcado ante las elecciones del 13 de febrero al servicio de los intereses de Casado.

El líder del PP quiere que los territorios caigan como piezas de dominó para que ese impulso le lleve a La Moncloa, aunque aún quedan dos años hasta las elecciones generales. Hasta Ayuso ha sacado la bandera blanca y ha renunciado a pelear que el congreso del PP de Madrid siga sin fecha. Aunque la guerra fría con la líder madrileña sigue detrás de las apariencias, porque la dirección de campaña ha preferido no hacer uso del gran activo electoral que supone Ayuso en la derecha para no darle alas en su conflicto contra Casado. La presidenta de Madrid solo participará un día de campaña, a pesar de que todas las estructuras provinciales del partido reclamaron su presencia, según fuentes de la campaña popular. “Si Ayuso fuera a todas las provincias, ensombrecería a Mañueco y a Casado”, apunta un dirigente como una de las claves.

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Todo el PP se ha puesto al servicio de Casado en su todavía largo camino hasta las generales. Pero los avisos de Aznar no son los únicos. Los barones advierten al líder popular de que después de las autonómicas será el turno de salir al ruedo solo. Un dirigente territorial lo resume así: “Nosotros le llevamos de la mano: Ayuso, Mañueco, Moreno Bonilla… Pero luego tendrá que ir él solo”.


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