Un bebé de babuino es alimentado en un zoo de Cisjordania. EPV/REUTERS
Pavos reales, avestruces y babuinos forman parte de un particular baby boom que ha ocurrido en un pequeño zoo palestino durante el confinamiento. Los animales han dado rienda suelta a sus instintos sin las distracciones a las que los someten los humanos. El parque zoológico de la ciudad de Qalqilya o Kalkilia, en Cisjordania, ha visto nacer a 15 animales en los dos meses en que ha permanecido con sus puertas cerradas. Es el triple de lo habitual, apuntan sus trabajadores.
“El coronavirus se extendió en la misma época que esperábamos varias visitas al zoo, que se cancelaron”, apunta el veterinario Sami Khader. “Por eso, los animales se pusieron a procrear”. Un avestruz que pone huevos en un año normal rara vez tiene la ocasión de incubarlos como es debido, pero este año ha puesto 11. “Como no había gente en torno de ella, pudo incluso construir su nido”.
En la jaula de los monos, donde es normal que haya abortos, una hembra de babuino dio a luz, aunque no se ocupa mucho de la cría y el veterinario se la lleva a casa para alimentarla con leche.
A finales de mayo, siguiendo la desescalada decretada por la Autoridad Palestina, el zoo reabrió sus puertas al público. Ahora, los responsables de las instalaciones, inauguradas en 1986, confían en que las pequeñas criaturas nacidas estos meses atraigan suficientes visitantes para compensar los 200.000 usuarios que calculan han perdido en los meses de confinamiento.
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