Si echamos mano de los pronósticos de inicio de temporada de ese Mundial 2022 más madrugador de la historia de MotoGP que se inició el 6 de marzo, Fabio Quartararo, Pecco Bagnaia y Joan Mir entraban en todas las quinielas de favoritos, se planteaba un Mundial a tres bandas, y la lesión de Marc Márquez le convertía en una incógnita, pero sin descartarlo. Pero Marc las lesiones tampoco lo respetaron y tras Mugello echó el freno.
De todos ellos, solo el defensor del título Fabio Quartararo se ha mantenido firme liderando de forma consecutiva desde Portimao a la actualidad. Pecco Bagnaia contaba con un punto tras las dos primeras carreras, era vigésimo en la clasificación y su irregularidad lo estaba descartando, dos carreras atrás en Sachsenring estaba a 91 puntos de Quartararo. Y Joan Mir, desde que Suzuki anunció su adiós, ha sido la sombra del campeón que es.
El relevo de Mir lo tomó el inesperado Aleix Espargaró, capaz de plantar cara con una moto que hasta el pasado año era la cenicienta de MotoGP y ahora es una de las más completas en todos los circuitos. Lideró el Mundial tras su victoria en Argentina y hasta Austin estuvo clasificado por delante de Quartararo, que a partir de su victoria en Portimao tomó mando en plaza.
A lo largo de los Grandes Premios el duelo por el título se ha estado centrando en Fabio y Aleix, hasta Mugello separados por 8 puntos y en la actualidad son 22 tras la machada de Espargaró de solo perder un punto con un pie roto en Silverstone. Si restamos los 9 puntos cedidos por el despiste de Montmeló la diferencia entre ellos se reduciría a solo 13.
El problema para ambos se llama Pecco Bagnaia, el hombre que no solo suma más victorias que nadie esta campaña, cuatro, en Jerez, Mugello, Assen y Silverstone, sino también poles, otras cuatro, en Jerez, Le Mans, Sachsenring y Assen. Es rápido en el giro seco y rápido en carrera, pero también capaz de tirar por la borda victorias seguras. Lleva cuatro ceros, algunos como el de Montmeló no achacable a él. Cuando Quartararo se puso al mando tras Portugal era décimo de la clasificación, a 38 puntos. Dos Grandes Premios atrás era séptimo a 91 puntos. Pero en dos carreras ha restado de golpe 42 puntos a Quartararo y por primera vez en lo que va de campaña es el tercero en discordia, a 49 puntos de Fabio y a 27 de Aleix. Y por delante tiene citas favorables como las tres próximas, Red Bull Ring, Misano y Aragón con lo que las alarmas rivales, especialmente la del vigente campeón, se han encendido.
El año pasado ya sufrió en sus carnes como en la segunda mitad fue consumiendo todo su crédito. En la duodécima cita (Silverstone) le sacaba 70 puntos y acabaron seis GGPP después en Cheste separados por solo 26. Y entonces no hubo gira asiática por la pandemia.
Este domingo en Silverstone sus declaraciones ya les definían. “Si miras las dos últimas carreras, Ducati las ha ganado, así que veo más rival a Pecco en la competición por el título, pero es algo a lo que nos tenemos que acostumbrar. Tienen más experiencia, más motos. Cuando llegamos los viernes somos rápidos de inmediato porque nuestra moto es muy parecida a la de años anteriores, pero cuanto más ruedan ellos más conocen su moto y más mejoran”, decía ‘El Diablo’.
Aleix Espargaró lo ve como un aliado para restar y poder sacar ganancia de pescadores: “La presión la tiene Fabio. Es el líder y al que todos queremos perseguir. El año pasado se paseó aquí (Silverstone) y este año hizo octavo. En la reunión técnica decían que hay que vigilar a las Ducati, que están llegando, y para mí es más que positivo que llegue Pecco, porque él no quiere hacer segundo sino ganar el título. Pecco mira al líder, que es el que tiene algo que perder, no a mí. Eso es positivo para que yo pueda ganar el Mundial”, advirtió.
Y Bagnaia, cuyos hilos mueve desde casa Valentino Rossi -ya van dos veces que le sugiere el neumático trasero correcto a usar-, prefiere seguir con el perfil bajo: “42 puntos restados son muchos, pero no quiero pensar en el campeonato, sólo en ser competitivo en Austria. Era importante aprovechar la situación”