Pasa el tiempo aunque, para Bale, la vida sigue igual. O al menos regresa al mismo punto de partida pues este 11 de julio se cumple un año de la icónica imagen que dejó el galés en la grada de Los Cármenes durante el Granada – Real Madrid en el que, con LaLiga en juego, el británico emuló avistar el partido con unos prismáticos. Atravesando una situación complicada en la que ni siquiera tenía minutos, Bale decidió mostrar su cara más burlona y eso fue algo que enfureció a la afición y sobre todo a Zidane.
Por tanto ahora, un año después de aquello, el jugador sigue en la misma situación: con contrato en vigor de blanco pero sin el beneplácito del club para continuar que intentará venderle hasta el último minuto del mercado de fichajes sabiendo que es una empresa muy complicada.
Aún así, parece que el regreso de Ancelotti le ha abierto una rendija para quedarse. Y es que, después de haber estado un año cedido en el Tottenham entre luces y sombras, el equipo inglés ya ha mostrado su negativa a repetir la fórmula y todo apunta a que los blancos deberán aguantarle un año más hasta que cumpla su contrato y se marche a coste cero, lo que sería un fracaso en gestión del que es el segundo jugador más caro en la historia del club por detrás de Hazard.
El entrenador italiano, por su parte, le ve como un refuerzo de categoría en el ataque blanco que, inmerso en la tarea de fichar a Mbappé, sabe que debe cubrirse las espaldas en el caso de que el francés terminé por no vestir de blanco al final de este verano.
Así pues, el cuento de Bale en el Real
Madrid es el de no acabar. La vida sigue igual para el galés un año después que, pese a tener a una gran parte de la afición en contra, se dispone a seguir usando sus prismáticos para saber en qué hoyo le toca practicar su swing.
ENCUESTA MD: ¿Es Bale un buen refuerzo para el Real Madrid 21/22?
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