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Bale solo jugó completos 111 de sus 231 partidos con el Madrid


Gareth Bale podría estar viviendo sus últimos días como jugador merengue. La gran incógnita del Real Madrid-Betis de este domingo (12.00 h.) está en saber si Zinedine Zidane dejará que el galés, al que descartó en los dos últimos encuentros ante Villarreal y Real Sociedad, se despida de un Bernabéu que no ha dejado de pitarle por su falta de actitud y aburguesamiento a lo largo de la temporada. De hecho ha sido el futbolista más silbado y señalado por la afición.

El ‘Expreso de Cardiff’, que tiene contrato hasta el 30 de junio 2022, a razón de 17 millones de euros netos por temporada, no está por la labor de hacer las maletas, pero el Real Madrid quiere desprenderse de él y da por segura su salida, pese a que no llegan ofertas a Concha Espina. Su devaluación está fuera de toda duda.

El jugador más caro de la historia de la entidad blanca (101 millones de euros pagados al Tottenham en verano de 2013) se ha perdido 87 partidos oficiales por culpa de sus 24 lesiones, la mayoría de carácter muscular, y solo pudo jugar completos 111 de sus 231 encuentros con la camiseta merengue, en los que anotó un total de 102 goles en todas las competiciones (78 en Liga, 16 en Champions, 2 en Copa del Rey, 6 en el Mundial de Clubs y ninguno en las Supercopas de España y Europa. Además, ganó 14 títulos en sus seis temporadas como merengue.

Solo dos goles al Barça, pero uno valió una Copa

Algunos de sus tantos quedarán para siempre en la memoria colectiva del madridismo: el 2-1 al Atlético en la prórroga de la final de la Champions disputada en Lisboa y que acabó con la ‘Décima’ del Madrid; su galopada en la que sacó del campo a Marc Bartra antes del marcar el gol que valía la Copa de 2014 (solo le pudo hacer otro tanto al Barça en 14 Clásicos) o su doblete en la pasada final de Kiev ante el Liverpool, con una memorable chilena incluida que le convirtió en el héroe de la ‘Decimotercera’.

También vio puerta en la final del Mundial de Clubs de 2014 contra San San Lorenzo y en la final de la Champions de Milán 2016 frente al Atlético puso su granito de arena al anotar el tercer penalti de la tanda que decidió la ‘Undécima’.

Sin embargo, su escaso compromiso con el equipo, sus recurrentes lesiones en el sóleo y su incapacidad absoluta para dominar el idioma español y erigirse en la nueva bandera del club tras la marcha de Cristiano Ronaldo a la Juventus le han convertido en un quebradero de cabeza para Florentino Pérez y en una tremenda decepción para el madridismo. Zidane tampoco lo quiere para su nuevo proyecto.


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