Paolo Banchero no despertó ni despertará tanto hype como Victor Wembanyama, que a un año de ser el número uno del Draft de 2023 ya ha ocupado más portadas que él en los medios estadounidenses. A pesar de ello, el nuevo talento de los Orlando Magic arrancó su etapa en la NBA con un portentoso encuentro de 27 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias y 2 tapones, aunque no pudo cantar victoria contra unos Detroit Pistons que se dieron una alegría en casa por 113-109.
El número uno del Draft de 2022 se puso a la altura de LeBron James y Kareem Abdul-Jabbar en su debut NBA. Tan solo las dos leyendas habían logrado cifras superiores al 25-5-5 en el estreno de sus respectivos números uno en 2003 y 1969, respectivamente. “Será un problema para los demás en esta liga un buen tiempo”, pronosticó Dwyane Casey, técnico del equipo rival.
Banchero se mostró algo descontento con su actuación y deslizó la ambición con la que pretende actuar. “Me he dejado muchos puntos en la pintura. Fallé tres bandejas, algunos tiros que podía meter, así que hay mucho trabajo por delante”, comentó el jugador de 19 años, oriundo de Seattle. “Eso sí, no estoy decepcionado por cómo jugué”, añadió. Tampoco lo estaban sus compañeros ni su entrenador, que ven la mina de oro con quien comparten vestuario.
A pesar de la derrota, el debut fue prometedor para el equipo, que contó también con la aportación de 21 puntos de Jalen Suggs, número cinco del Draft 2021, y 20 tantos de Franz Wagner, número ocho de esa misma camada.
Detroit ganó para arrancar el año, y eso fue noticia en Motown. El principal culpable fue Bogdan Bogdanovic, que llegó de rebote y como traspaso residual después del desmantelamiento de los Utah Jazz de playoffs en verano. Con 24 puntos y un 6 de 10 en triples, el veterano guió un triunfo con buen papel de Cade Cunningham, número uno del curso pasado y autor de 18 puntos y 10 asistencias, y Jaden Ivey, número cinco del 2022 y autor de 19 tantos en su estreno. No van a ninguna parte ambos equipos, que principalmente están en proceso de construir un futuro brillante con este grupo de jóvenes y, quizás, si suena la flauta, ¿Wembanyama?