Bankia llega a la fusión con CaixaBank con 10.500 millones en créditos fiscales

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, el 18 de septiembre pasado, en Barcelona. David Campos-Bankia/REUTERS
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, el 18 de septiembre pasado, en Barcelona. David Campos-Bankia/REUTERSDAVID CAMPOS / Reuters

El Grupo Bankia llega a la fusión con CaixaBank con un buen bagaje en sus cuentas. Según apunta la entidad en el Documento de Registro Universal, la entidad cuenta con unos activos fiscales diferidos, es decir, el volumen de impuestos que el banco está exento de pagar, a 30 de junio de 2020, que ascienden a 10.449 millones. La entidad aclara que 7.466 millones de euros, al 31 de diciembre de 2019, “cumplirían con lo establecido en la citada regulación, de forma que su recuperación futura, se encuentra garantizada a través de los mecanismos de monetización establecido”.

Por otro lado, Bankia ha sido muy activa desde que estallara la pandemia en la concesión de créditos con moratorias para sus clientes. Según los últimos datos disponibles, el banco público ha prestado 14.120 millones. De ellos, 9.300 millones corresponden a los préstamos que tenían aval del Estado a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), que ha cubierto el 75% del riesgo asumido.

Fuera del paraguas del Estado, Bankia tiene créditos vivos por 4.820 millones. Han sido devueltos por los clientes, según dice la entidad en el Documento de Registro Universal, un total de 3.580 millones de euros. Además, 2.082 millones corresponden a operaciones que continúan vivas y a 2.777 millones de euros les venció la moratoria inicial “de carácter legislativo de tres meses y se les han prolongado su plazo”. Por eso, han pasado a considerarse moratorias concedidas por Bankia al amparo del acuerdo sectorial CECA.

La mayor parte de las moratorias permite no pagar el principal de la deuda y solo se tiene que hacer frente a los intereses. Hasta octubre, el plazo medio de vencimiento de las moratorias concedidas se situaba en torno a 6,2 meses. Sin embargo, hasta junio el plazo era de 3,8 meses, lo que indica que a medida que avanzaba la epidemia, los clientes pidieron más tiempo para pagar sus deudas.

Posibles problemas en la fusión

Según apunta Bankia, “la práctica totalidad de la financiación ha sido concedida a hogares, un 89% cuenta con garantía hipotecaria y un 75% con vencimiento inferior a 3 meses, encontrándose los saldos clasificados, en su gran mayoría, como cartera no dudosa”.

A lo largo del documento Bankia aborda su proceso de fusión con CaixaBank. En sus explicaciones sobre los detalles de la operación, realiza todo tipo de advertencias, como suele ser habitual en estos documentos. De esta manera, se evita la interposición de demandas si los planes se complican. “Los costes, beneficios y sinergias derivados de la integración de ambas entidades podrían no estar en línea con los esperados o no llegar a materializarse. El nuevo grupo en el que se integrará Bankia podría tener que afrontar pérdidas de clientes o asumir resoluciones contractuales con distintas contrapartes y por diversas circunstancias, lo que podría determinar la necesidad de incurrir en costes o pérdidas de ingresos no esperados o por importes superiores a los estimados”, se afirma en el documento.

En cuento a la situación general “el entorno de mercado actual está siendo testigo de un aumento en los niveles de intervención gubernamental y regulatoria en el sector bancario, que se espera continúe en el futuro, y un marco regulatorio cambiante”. Y concluye, que “las reformas regulatorias adoptadas o propuestas a raíz de la crisis financiera han aumentado y podrían seguir aumentando sustancialmente los gastos de explotación del Grupo y afectar negativamente a su modelo de negocio”.


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