“El colegiado francés estuvo muy bien situado en el campo, tuvo siempre el mismo criterio sancionador y el VAR de su compatriota Jérôme Brisard acertó en el 42’ al anular el gol del Real Madrid por fuera de juego de Karim Benzema”
Lo primero, felicitar al Real Madrid por ganar la Champions League. En una intensa final, el árbitro francés Clément Turpin estuvo muy bien situado en el terreno de juego. Tuvo siempre el mismo criterio sancionando las acciones que realmente lo merecían: lo hizo en 11 ocasiones al Liverpool por 7 al Real Madrid.
Con tan solo una cartulina mostrada a Fabinho y buen comportamiento de los futbolistas, el colegiado galo transmitió autoridad y seguridad en sus decisiones. El VAR, del también francés Jérome Brisard, acertó en el 42’ al anular el gol del Real Madrid por fuera de juego de Karim Benzema ratificando la indicación del asistente al no haber voluntariedad por parte de Fabinho.
La satisfacción de recibir para arbitrar una designación como una final de Champions tiene que ser difícil de describir y hay que poner todos los sentidos en el terreno de juego para responder a esa confianza y en París, Clément Turpin cumplió con ese objetivo, realizando un buen arbitraje. Chapeau.
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