el grueso de los jugadores de la Real dispone ahora de 18 días de vacaciones, desde el partido del pasado domingo en Talavera de la Reina hasta el 2 de diciembre, gracias al Mundial. Merecido descanso para unos futbolistas exprimidos al máximo en una última tanda de encuentros con una intensidad sin precedentes por lo menos en la historia reciente de la Real. Pero no todos los realistas podrán disfrutar de estas casi tres semanas de asueto.
Aparte de los cuatro internacionales -sólo Kubo es mundialista-, son los jugadores que arrastran lesiones los que directamente se quedan sin vacaciones –Sadiq y Barrenetxea– o las ven muy recortadas con el fin de agilizar su recuperación de cara al reinicio de los entrenamientos y, sobre todo, para la reanudación de los partidos oficiales: el 21 de diciembre en la segunda ronda copera y el 31 del mismo mes en Liga, ante Osasuna en Anoeta.
Según ha podido saber MD, hay dos jugadores que siguen acudiendo a diario a Zubieta para seguir desarrollando el proceso de recuperación de sus lesiones: son Sadiq Umar y Ander Barrenetxea. Ayer se cumplieron dos meses desde la operación del nigeriano, una “ligamentoplastia con los tendones de los músculos semitendinoso y recto interno” para reparar la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Hace unos días se le vio caminar todavía con muletas y, en principio, su destino es tener que esperar hasta la próxima temporada para poder volver a vestir la txuri urdin.
No obstante, Jokin Aperribay indicó que el club no tiene la intención de dar de baja en enero a Sadiq Umar, para habilitar la posibilidad de traer a otro jugador, toda vez que en este momento las 25 fichas del primer equipo están cubiertas.
Otro plan para tres realistas
Barrenetxea, por su parte, ya encadena de nuevo nueve encuentros sin jugar. Recayó de su grave lesión, con afectación tendinosa, en el isquiosural del muslo izquierdo a principios de temporada. Intentó retornar contra el Celta, y de hecho jugó, pero volvió a desaparecer y tuvo una visita del médico finés que le operó, Lasse Lempainen, para examinarle y trazar otro plan de rehabilitación.
Por su parte, Oyarzabal, Aihen y Zubimendi sí que disfrutan de por lo menos una semana de asueto, pero se reintegrarán antes al trabajo en Zubieta con el fin de acelerar el proceso de recuperación de sus respectivas, y muy distintas, dolencias.