Más de la mitad de la alineación que la Real presentó en Butarque era novedosa con respecto a la brillante victoria sobre Osasuna. Es la mayor revolución que Imanol
Alguacil ha experimentado en toda la temporada entre un partido y otro. El resultado fue un fiasco por el batacazo final por la escuadra, pero también por la respuesta del equipo antes de que Óscar
Rodríguez rompiera las telarañas de Remiro.
La idea de Imanol
Alguacil fue conceder un respiro a una parte considerable de su elenco de estrellas con el ánimo de que lleguen con una mayor frescura a la semana grande que se avecina. Odegaard fue suplente por primera vez esta temporada -hasta entonces había sido titular o descartado- y jugó media hora larga;
Willian José disputó los últimos 20 minutos
, un Barrenetxea que cotiza al alza salió a la hora de partido, Oyarzabal se quedó en el banquillo y puntales que salieron de inicio como Portu o Isak no completaron el encuentro contra el Leganés.
El premeditado reparto del protagonismo en vísperas de los cuartos de final de Copa dio vuelo a secundarios como Aritz -ha estado dos meses lesionado-, Sangalli o Januzaj. En líneas generales, fue una Real que no estuvo a la altura y por esta razón se volvió de vacío.
El 2-1 del Leganés es la quinta remontada que sufre la Real esta temporada. Por lo tanto, no fue casual que no supiera administrar su ventaja.
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