Beatriz Luengo y Yotuel Romero: “Hay que amar mucho en tiempos de guerra”


Son las 10 de la mañana y Beatriz Luengo y Yotuel Romero entran con las disculpas por delante. Llegan a la cita un poquito tarde, atropellados, todavía algo desconcertados entre el jet lag, el tráfico mañanero de Madrid y los parkings de la ciudad, siempre traicioneros. Llegan charlando, dando besos a todos, comentando muy preocupados la situación en Ucrania. Hace apenas algunas horas han aterrizado desde Miami, donde residen, y se les ve felices. Lo están, confirman. Adoran la capital, se sienten cómodos aquí y cada vez que viene la disfrutan, sobre todo por sus hijos, D’Angelo, de cinco años, y Zoe, de casi un año. “Ya es mi ciudad”, dice feliz el de La Habana. “Hemos vivido en Argentina, París, Cuba, México, Miami por supuesto, Nueva York… pero Madrid tiene una magia especial. Me enseñó a vivir”, afirma.

La pareja de actores, músicos, compositores, productores, empresarios y activistas se cita en este rincón del paseo de la Castellana, casi desierto en un día laborable a primera hora, para hablar de proyectos e ideas. En concreto de su nueva canción, GPS, que han compuesto juntos y que también cantan a dúo. En apenas un mes desde su estreno, el vídeo ha acumulado más de cuatro millones de visualizaciones en YouTube. En ella repasan cómo después de casi 15 años juntos el uno se ha convertido en la guía de la existencia del otro.

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Pero ¿por qué esta declaración de amor justo ahora? Ellos cuentan que todo parte de pasar un 2021 “duro”. “Muy bonito por todas las cosas buenas que trajo Patria y Vida, pero también convulso, donde nos tuvimos que demostrar la unión, el valor de la familia…”, afirman. Patria y Vida es el tema que ambos compusieron y que canta Yotuel junto a Gente de Zona y Descemer Bueno y con la colaboración de los raperos El Funky y Maykel Osorio, ahora encarcelado. Lanzado en febrero de 2021, es un grito por la libertad de su Cuba natal (y, por tanto, una provocación para el actual régimen), una letra que se ha convertido en un himno para miles de personas y que les ha hecho ganar dos Grammy. “Patria y Vida nos hizo ver que nuestra unión como compositores es mucho más que una canción”, reflexiona ahora Luengo.

Esa canción, su productora Chancleta Records (un divertido nombre inspirado en Bob Marley (“Me imagino los gringos diciendo: What the fuck is Chancleta Records?”, ríe Yotuel) y sus composiciones les hacen ser “un equipo”, palabra que los dos repiten a menudo. Algo que refuerzan con casi 20 años de relación y sus dos hijos en común. “No puedo dar lecciones de nada”, afirma Luengo, “pero de lo único que puedo alardear un poquito es de que llevo muchos años con Yotuel. Y de que lo nuestro empezó sin expectativas y mira cómo nos ha ido de bien. Lo que nos pasó fue el destino”, cuenta.

“La familia y el equipo son la mayor reivindicación”, asegura, en un tono más serio, Yotuel. “Me niego a pensar que el amor no vende. Hay que amar en tiempos de guerra, mucho. Hay que dar mucho amor porque es lo único que puede salvarnos, el amor a la vida, a la familia, a los hijos, a tu pareja, a tu país. El amor a tu gente. Estamos perdiendo esa palabra y lo es todo”, sostiene, con la complicidad de su esposa. Como remacha ella: “Y la solidaridad viene del amor”.

Con tanto en común, ¿cómo conservan sus espacios? “Hemos crecido juntos en una industria complicada”, cuenta la madrileña, “hemos sabido cada uno ganarnos nuestro sitio, nuestra independencia, pero también trabajar en equipo, estar ahí cuando nos necesitamos a fuego, a nivel laboral y familiar”. Ella afirma que la clave está en el momento de toma de decisiones, porque aunque los dos se conocen perfectamente, saben que es el otro el que manda cuando se trata de su música. “Creo que es fácil, porque aunque trabajamos como equipo somos artistas independientes”, asume.

Yotuel, de hecho, explica que no ha sido necesario “ni aprender”: “Es dejarte llevar por la intuición. La casa son los nenes, familia… y cuando salimos por la puerta, nos ponemos en plan empresarios”. Nadie manda. “Lo que reafirmamos Bea y yo siempre es el equipo. Yo pude haber logrado muchas cosas solo”, reflexiona el cubano, “pero nunca había logrado tanto, y es por el equipo que tenemos Bea y yo, no solo como pareja y por convivir juntos. Somos dos los dos jefes. Cuando salimos de la casa estoy hablando con la presidenta de mi sello”.

Ese equipo se demuestra en su trabajo, pero también en los gestos. Cuenta Luengo que, en plena ceremonia de los Grammy, Yotuel estaba ensayando para actuar y, cuando ganaron con Patria y Vida como Mejor canción urbana, al final fue ella, la única mujer compositora de la canción, quien salió a recogerlo. “No pensábamos ganar”, recuerda. “Fue impresionante porque me tocó subir a recogerlo y se lo dediqué a las mujeres compositoras de lo urbano y por supuesto a la causa que estamos defendiendo. Él luego me dijo: ‘Tú has apoyado mi causa y yo he apoyado la tuya’. Resulta que él no quiso venir para que lo recogiera yo. Quería que una mujer recogiera el premio en esa categoría porque nunca hay mujeres. ¿Es lindo eso, eh? Somos un equipo”.

Luengo es una reconocida compositora de ese género que ha escrito canciones para Diego Torres, Rubén Blades, Ricky Martin… Un trabajo en el que lleva décadas, pero con el que sigue enfrentándose a no pocos prejuicios. “Yo llegué a Miami cuando componía para otros artistas, y al ser mujer a los artistas masculinos urbanos les costaba mucho. Y todavía hay nueve tíos en una sala y una mujer, todavía es muy desproporcionado”. También es escritora. Hace un par de años publicó su primer libro, El despertar de las musas, donde ponía en valor a todas esas mujeres a las que simplemente se veía como inspiración de los hombres. Le marcó la pareja formada por Gala y Dalí, tanto que se han inspirado en ellos para el videoclip de GPS. “Son parejas que, como equipos, crearon grandes cosas. Qué bonito sería si fuésemos capaces de entender la vida como un equipo. Eso de ‘detrás de un gran hombre hay una gran mujer’, o al revés… Pues no. Con el libro pensé que lo importante es estar al lado”.

La pareja se conoció a finales de los años noventa cuando ambos participaban en la serie de televisión Un paso adelante. Desde entonces han tenido trayectorias paralelas: a veces con momentos de más popularidad, otros más centrados en un trabajo en la sombra (como ella dice: “Si suenas en la radio genial, pero no concibo componer para sonar en la radio”); en ocasiones en España, otras —muchas— fuera de ella. “Tenemos algo en común”, reflexiona la compositora, “y es que lo que nos mueve es la necesidad artística de encontrar, nos apasiona lo nuestro. Le damos prioridad. Estábamos viviendo en Francia y nos fuimos a Miami porque yo quería hacer un disco jamaicano, decidimos irnos, investigar en ese sonido…”. Una decisión que, en momentos de éxito, puede resultar difícil de comprender. “Mis padres siempre me dicen: ‘¿Pero por qué te vas, si te va muy bien?’ Yotuel es de ir al centro de la búsqueda. Y eso es muy difícil de entender cuando te dedicas a algo muy ajeno a esta profesión”. Para él, de hecho ha sido un premio de la vida. “Creo que las personas que llevan tanto tiempo juntas es porque comparten muchas cosas de serie. El hecho de no ser conformistas, de que nos gusta cuando se nos pone la cosa complicada… ¿Nos gustan los retos? Sí. Cuando tienes dominada la montaña, quieres otra sensación”. Además, les interesa el hecho de cambiar de país, de vivir en distintos lugares, les “enriquece”.

Esa serenidad que reflejan, esa normalidad tan impropia de una pareja conocida y exitosa, también se transmite a sus redes sociales, sobre todo a las de Luengo, cuyo perfil de Instagram, con más de 800.000 seguidores, es toda una oda a la reflexión en este mundo tan rápido. “Es que me encantan los puntos medios”, comenta ella, siempre sonriente. “Este año lo he hablado mucho con Patria y Vida: los derechos humanos tienen que estar por encima de las políticas. Tenemos que dar una opinión limpia y decir qué está pasando”, afirma, ya sea a la hora de hablar del exceso de filtros en redes sociales como de la guerra de Ucrania, un tema que sobrevuela toda la conversación y que, reconocen, incluso les está quitando las ganas de colgar contenido en redes. Y siguen reivindicando, siempre y contra la guerra, al equipo y al amor.




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