El Barça ha sido el más regular y eficiente durante los ocho meses precedentes pero, para alcanzar la gloria, a esas cualidades hay que añadir la ambición y sangre fría del momento clave. Este llega este jueves en el Stark Arena de Belgrado, donde los azulgrana se las verán (21.00 horas, DAZN) con el Real Madrid en una semifinal de gran carga emocional.
Se trata de los dos equipos con el presupuesto más alto de la competición continental (por encima de los 40 millones de euros) y los que han estado más semanas en la primera posición de la fase regular. Al final, los azulgrana la aseguraron matemáticamente con una marca abrumadora (21-7) antes de finalizar tras una fase de hundimiento de los blancos (18-10 al final), condenados a la cuarta plaza.
El Barça llega con una de las mejores dinámicas competitivas de las últimas décadas tratando de combatir el gafe que le persigue en estas citas y conquistar la que sería su tercera Euroliga tras las logradas en 2003 y 2010.
El de esta noche es el séptimo Clásico de la temporada, con un balance hasta ahora de 5-1 para los de Jasikevicius, que llegan a este momento con un título en su haber ya, el de la Copa ACB conquistado en Granada ante los blancos.
El playoff de cuartos dio un vuelco a ese panorama de dominio de un Barça que sufrió para superar al Bayern Múnich hasta el quinto partido, en contraste con un Madrid recuperado con su 3-0 contra el Maccabi.
A Belgrado el Barça llega con la plantilla al completo después de haber recuperado al escolta Cory Higgins, tras más de tres meses de baja por una fascitis plantar, y a Dante Exum, que dicen que ha superado ya sus problemas musculares.
Jasikevicius espera a un primer oponente que le tendrá “muchas ganas” tras sus cinco derrotas previas ante ellos. “El Madrid siempre está intentando sorprendernos. Nos tienen muchas ganas, mucha hambre más que nosotros, y tendremos que igualarlos en esto”, declaró.
Si los azulgrana tendrán delante al equipo ultra-defensivo que se encontraron en la Copa o al más lanzado al ataque del último duelo de Liga Endesa es una de las incógnitas que deparará el partido de Belgrado.
Lo que está claro es que los blancos llegan recuperados anímicamente tras ese playoff de cuartos y acumulando ocho triunfos seguidos entre Liga y Euroliga. En esta ocasión tratan de conquistar la que sería su undécima Copa de Europa en una ciudad que le vio coronarse por última vez, en 2018. En el banquillo blanco sigue Pablo Laso que, pese a los altibajos, dice haber confiado siempre en su equipo. “Entiendo que hace un mes nadie creyera. Yo sí. No creo que estuviéramos tan mal”, dijo.