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Ben Rhodes: “Trump quiere una crisis migratoria para poder satanizar a la gente morena que cruza la frontera”



La mano derecha de Obama durante su Gobierno, asesor en política internacional y redactor de sus discursos, Ben Rhodes, ha denunciado el desinterés de Donald Trump de poner fin a la crisis migratoria que vive la frontera con México. Y ha explicado por qué realmente le interesa que la tragedia continúe: “Él quiere que se mantenga este problema migratorio para poder satanizar a la gente morena y sacar un beneficio electoral de ello”. Durante una charla con el periodista Jon Lee Anderson en el Hay Festival de Querétaro, a propósito de su último libro El mundo tal y como es —un repaso de su experiencia como la sombra del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos— ha criticado también el giro radical de la política exterior de su país frente a los progresos que hizo el anterior Gobierno con Cuba, pricipalmente, Venezuela y México.

Rhodes, testigo privilegiado de la ruptura de una era, representó sobre la tarima del auditorio la nostalgia de una perspectiva progresista sobre el continente en tiempos de Trump. De cómo toda esperanza de acercamiento con Cuba, de influir en los acuerdos de paz de Colombia, e incluso de lograr moderar las tensiones con Venezuela se ha derrumbado. Ha recordado, también con nostalgia, cómo se gestaron aquellas reuniones secretas con el Gobierno cubano para retomar las relaciones con la isla, cómo Raúl Castro estaba dispuesto a aceptar un grado de apertura, y cómo consiguieron convencer al régimen, que comenzó los diálogos acusando a Estados Unidos de haber intentado asesinar a Fidel Castro en reiteradas ocasiones, de que Obama era otra cosa. Algo que quedó sellado históricamente —y así lo ha recordado Rhodes— cuando Obama y Raúl Castro se dieron la mano durante el funeral de Nelson Mandela, en 2013. “Ahora ves a la gente de Trump y jamás los hubieras imaginado haciendo algo así”, ha rematado.
Rhodes hablaba y parecía que estaba relatando los éxitos de una época lejana. “Tuvimos una oportunidad de romper con el pasado y generar una nueva habilidad para resolver conflictos en el continente. Ahora regresamos a una guerra fría hacia Cuba y Venezuela”, ha resumido. Si hubieran tenido más años de Gobierno, ha asegurado que las relaciones con Maduro hubieran mejorado. Y ha explicado que en 2015, antes de la Cumbre de las Américas, el presidente venezolano “estaba haciendo lo normal, atacar al Gobierno de Estados Unidos y amenazaba con confrontar a Obama en la asamblea”. Pero no fue así. Rhodes recuerda que la gente del gobierno cubano le contactó y le explicó que si hacían una declaración en la que explicaran que Venezuela no era una amenaza para la seguridad nacional, todo cambiaría. Y Rhodes lo expuso en una conferencia de prensa. “Y los ánimos se relajaron”, señaló.
Sobre el problema migratorio, Rhodes ha reconocido que cometieron varios errores en su Gobierno. El primero fue no luchar por una reforma migratoria durante los dos primeros años. “Pero llegó la crisis económica mundial y los recursos se fueron para otros lados. Confiábamos en que en el segundo mandato se pudiera conseguir”, se excusó. “Durante los últimos años de Gobierno el objetivo era ser compasivos con la gente aquí, junto a un incremento masivo de dinero a Centroamérica para evitar la violencia, además de dar protección legal a los deamers”, explicó Rodhes. Poco después, llega un presidente como Trump y rompe con todo, hace del racismo su eslogan de campaña: “América es un país de blancos y los migrantes se quedan fuera”, ha resumido el exasesor de Obama.
“Por eso él quiere que esto suceda. Si hubiera algún interés real en solucionar la crisis migratoria, no impediría que se tramiten las peticiones de asilo ni permitiría que continúe la emergencia humanitaria. A Trump le interesa generar una crisis y alimentarse de ella para impactar en los electores”. Y, mientras se reconocía preocupado por la supervivencia de la democracia en el mundo, ha atacado de nuevo al presidente estadounidense: “Toda la estrategia de Trump es que te enojes tanto y que todo sea tan feo que no vayas a votar”.
La expansión del autoritarismo es el tema en el que está trabajando para su próximo libro. Y pese a su preocupación, muestra cierto optimismo para combatirlo. “Me da esperanza saber que somos más que ellos. Lo que veo ahora es que las fuerzas autoritarias están coordinadas, se comunican entre sí, comparten plataformas de medios, manipulan… No tenemos la misma coordinación los progresistas, socialistas o neoliberales, y la necesitamos. Esa es la única manera de contrarrestar todo esto. Tenemos que luchar”, ha concluido.


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