¿Beneficio o amenaza? CDMX lidia con creciente ola de nómadas digitales extranjeros

¿Beneficio o amenaza? CDMX lidia con creciente ola de nómadas digitales extranjeros

En una zona de moda de Ciudad de México, en un parque rodeado de cafeterías y restaurantes hípsteres, se encuentra una figura vestida de blanco con las manos en oración como una estatuilla católica: la llamada santa patrona contra la gentrificación.

Sandra Valenzuela, una activista mexicana, creó la estatua para unir a los vecinos contra lo que ella considera una amenaza creciente para su comunidad y otras en la capital mexicana.

Una ola de visitantes internacionales, predominantemente de Estados Unidos, llegó a los cafés, parques y hospedajes de Airbnb de la urbe mientras trabajan sin las ataduras de los viajes diarios a la oficina por la pandemia de Covid-19.

Casi dos millones de extranjeros aterrizaron en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México en la primera mitad de 2022, avanzando poco a poco hacia el récord de 2.5 millones de llegadas en la primera mitad de 2019.

Mientras tanto, la demanda de alquileres a corto plazo en la ciudad aumentó un 44% durante el mismo período, según AirDNA, una empresa de investigación de mercado que analiza las listas de alquileres en línea.

Foto: Reuters

“Obviamente hay muchas ventajas si puedes ganar en dólares y gastar en pesos“, dijo Marko Ayling, un escritor y creador de contenido que vive en Ciudad de México, mientras paseaba por la codiciada colonia Condesa, donde los anuncios de “Se alquila” se alternan con letreros de cafés elegantes y restaurantes.

“Básicamente estás triplicando tus ingresos”, agregó Ayling, originario de San Diego, California.

Pero los activistas de la vivienda y algunos investigadores aseguran que la afluencia de nómadas digitales exacerba la inflación y transforma los vecindarios en burbujas exclusivas de extranjeros, en una ciudad conocida por las marcadas divisiones entre ricos y pobres.

Habitantes de lujosos barrios como Condesa y Roma se quejan de que los residentes de larga data están siendo expulsados ​​ya que los propietarios optan cada vez más por alquilar sus casas a través de plataformas como Airbnb, donde pueden ganar 25,000 pesos mexicanos (unos 1,250 dólares) por mes, afirmó Rafael Guarneros, presidente de una junta de vecinos de Condesa.

La brecha entre los salarios estadounidenses y mexicanos significa que incluso los residentes adinerados de Ciudad de México pueden verse excluidos.

Las tarifas diarias promedio para alquileres a corto plazo en Ciudad de México aumentaron un 27% a 93 dólares en agosto de 2022, en comparación con agosto de 2019, según muestran los datos de AirDNA.

El gobierno mexicano dejó de publicar las tarifas promedio de alquiler en 2018, pero un estudio realizado por el sitio web de bienes raíces Lamudi encontró que los alquileres en la ciudad cayeron levemente entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021.

“La gente se siente resentida”, dijo Juan Coronado, un arquitecto y diseñador de interiores que vive entre Los Ángeles y la Ciudad de México. “Vengo a vivir aquí, no vivo gratis, ayudo a la economía”, añadió mientras trabajaba en su computadora portátil en un restaurante.

Foto: Reuters

Aunque los propietarios de Ciudad de México solo pueden aumentar las rentas hasta en un 10% anual por ley, las reglas rara vez se hacen cumplir. El mercado de alquiler a corto plazo no tiene tal restricción.

Más allá del aumento de los precios, los residentes mencionan cambios menos tangibles que hacen que sus vecindarios se sientan más acogedores para los extranjeros que para los locales.

“No hay manera de que la gente pueda dormir tranquilamente”, se lamentó Quetzal Castro, vecina de Condesa, quien sostiene que el barrio se ha convertido en un centro de vida nocturna ruidosa, que empuja a los amigos a irse.

Los nómadas digitales, como se conoce a las personas que viajan mientras trabajan de forma remota, impactan la economía local de manera diferente a los visitantes tradicionales, aseveró David Wachsmuth, profesor de la Universidad McGill que investiga la gentrificación.

Es más probable que se establezcan en vecindarios residenciales y gasten en negocios locales, dijo Wachsmuth, pero también crean demanda de servicios con pocos beneficios para los residentes a largo plazo.

Ayling, de San Diego, reconoció que los nómadas digitales disfrutan de un estilo de vida fuera del alcance de la mayoría de los trabajadores de Ciudad de México, que ganan 53 pesos mexicanos (2.67 dólares) por hora en promedio, pero destacó un lado bueno del enamoramiento de los extranjeros por la ciudad.

“Ellos se están dando cuenta de que no, no son solo narcos, violencia y pobreza. También hay aspectos hermosos de este país”, dijo.


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