No es la primera vez que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, muestra preocupación por la ciberdelincuencia. Lo hizo en junio en la reunión del G-7 y en la cumbre de la OTAN celebrada en Bruselas. Y en julio se la trasladó a Vladímir Putin en una llamada telefónica en la que urgió a su homólogo ruso a actuar contra ese tipo de delitos. Hoy, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, presidido por Biden, ha convocado desde la Casa Blanca a 30 países y a la Unión Europea a un encuentro virtual para tratar durante dos días la mejor forma de combatir desde una perspectiva global los ataques por ransomware (un tipo de software malicioso que secuestra un sistema informático y encripta los datos hasta que se pague un rescate, habitualmente en criptomoneda). La mala noticia es que entre esos 30 países no está invitada Rusia.
Fuentes del Consejo de Seguridad Nacional excusaron la presencia del país de cuyo territorio provienen la mayor parte de los ataques que han afectado a empresas y organismos oficiales alegando que existen foros bilaterales en los que se están tratando “de una manera franca y directa” estos problemas con Rusia, con quien no existe tratado de extradición. Las autoridades estadounidenses se han mostrado en el pasado escépticas con la voluntad de Moscú de atajar este problema. “En este foro en particular no les hemos invitado a participar, pero eso no significa que no haya oportunidades futuras en las que puedan sumarse, cuando hagamos otras sesiones”, explicó una alta funcionaria el martes en una conferencia telefónica con la prensa destinada a informar sobre la reunión.
El encuentro virtual de hoy y mañana se ha impuesto cuatro objetivos: mejorar la detección de esos ciberdelitos, aumentar la resiliencia de las redes y las compañías públicas y privadas a los ataques, poner coto a la impunidad que ampara a las criptomonedas, usualmente empleadas en estos chantajes, y aumentar la cooperación internacional en la materia.
España tampoco figura entre los países participantes, aunque sí habrá representantes de la Unión Europea. Otros países de la UE, como Francia, Alemania, Irlanda, Italia o Polonia, también participan individualmente.
Las pérdidas económicas globales causadas por los ataques por ransomware han ascendido en 2020, según cálculos del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, a 400 millones de dólares. Y se han registrado 81 millones solo en el primer trimestre de este año.
El ransomware ha provocado en los últimos meses graves problemas que han acaparado titulares que hablaban de carestía de gas o de interrupción en la distribución de carne. Aunque las víctimas no son siempre tan llamativas: según un estudio de la empresa de ciberseguridad Coveware, en el primer trimestre de 2021, las principales afectadas por estos ciberchantajes han sido en Estados Unidos las compañías de servicios profesionales, como los despachos de abogados (25%), el sector público (12%) y los hospitales (12%).
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