Biden da el impulso inicial a su agenda para erradicar el racismo sistémico

Joe Biden ha firmado este martes una serie de órdenes ejecutivas que buscan ser el inicio de un titánico esfuerzo para erradicar el racismo sistemático en Estados Unidos, un país que todavía vive la resaca de la mayor ola de protestas raciales en medio siglo. Los decretos presidenciales están enfocados en fortalecer las leyes contra la discriminación hacia las minorías en temas de vivienda, combatir la xenofobia hacia los asiáticos estadounidenses y aumentar la soberanía de las tribus nativas americanas. Una medida particularmente bien recibida fue la eliminación de los contratos del Departamento de Justicia con prisiones privadas, interpretada como un paso hacia la equidad ante la justicia penal.

“Me postulé para la presidencia porque creo que estamos en una batalla por el alma de esta nación. Y la simple verdad es que nuestra alma estará atribulada mientras se permita que persista el racismo sistémico (…) es corrosivo y destructivo”, dijo esta tarde el mandatario en la Casa Blanca.

Cumpliendo una de sus promesas, Biden ya se deshizo de la “dañina” y “ofensiva” Comisión 1776, un comité formado por el Gobierno de Donald Trump en contra de las “ideologías falsas y de moda” que enseñan la historia del país en los colegios como una de “opresión y victimismo”. Los historiadores salieron en masa a rechazar la comisión que pretendía fomentar la “educación patriótica” en las escuelas. “La unidad y la sanación deben comenzar con la comprensión y la verdad, no con la ignorancia y la mentira”, apuntó el demócrata.

La desigualdad racial es una lacra en Estados Unidos palpable en asuntos de toda índole. Uno de los que más preocupan a los afroamericanos tiene que ver con el acceso justo a la vivienda. Las órdenes ejecutivas firmadas por Biden obligarán al Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano a que tome las medidas necesarias para “reparar las políticas federales de vivienda racialmente discriminatorias que han contribuido a la desigualdad de la riqueza durante generaciones”, según un comunicado de la Casa Blanca.

El nuevo mandatario dejó entrever que este era solo el arranque en sus esfuerzos por curar las heridas abiertas del racismo en el país y recordó la muerte de George Floyd, una víctima de la brutalidad policial que se convirtió en símbolo de las masivas manifestaciones que recorrieron el país el verano pasado. “Esos ocho minutos y 46 segundos que le quitaron la vida a George Floyd abrieron los ojos de millones de estadounidenses y millones de personas en todo el mundo”, aseguró Biden. “Fue la rodilla en el cuello de la justicia, y no se olvidará”, agregó el mandatario, aludiendo a la manera en que falleció Floyd, ahogado en el suelo por un agente.

Susan Rice, directora del Consejo de Política Nacional, habló antes de la firma de las órdenes ejecutivas. “La evidencia es clara: invertir en equidad es bueno para el crecimiento económico y crea empleos para todos los estadounidenses”, afirmó Rice, que se espera que encabece el compromiso del Gobierno con la diversidad, la equidad, la inclusión y la accesibilidad, basándose en el trabajo que comenzaron en la Administración de Barack Obama, donde se desempeñó como asesora de Seguridad.

La semana pasada Biden firmó una orden ejecutiva que establece que todos los departamentos gubernamentales deben colocar la igualdad racial en el centro de todo lo que hagan durante su mandato. “Promover la equidad para todos, incluidas las personas de color y otras personas históricamente desatendidas y marginadas, es responsabilidad de todo nuestro gobierno”, apuntó este martes.

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