Joe Biden vuelve de las vacaciones con fuerza. El presidente de Estados Unidos, con su popularidad por los suelos por la subida de precios, quiere recuperar la iniciativa. Biden emprenderá una gira por todo el país para vender su plan estrella, la recién aprobada ley de Reducción de la Inflación. El primer acto de esa ofensiva tiene lugar este martes en la Casa Blanca, donde firmará la ley y defenderá sus bondades.
En las próximas semanas, Biden convocará una reunión del Gabinete centrada en la aplicación de la ley y “viajará por todo el país para destacar cómo el proyecto de ley ayudará al pueblo estadounidense”, según informa la presidencia. Para exprimir al máximo en términos de comunicación la ley, también organizará un acto para celebrar su promulgación el próximo 6 de septiembre en la Casa Blanca.
La norma ha devuelto algo de fuelle a los demócratas a menos de tres meses de las elecciones legislativas de mitad de mandato, en las que corren el riesgo de quedarse sin mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado. Ahora, al menos, tienen un logro político de primera magnitud que vender. Pese a su nombre, las medidas de la norma no servirán para reducir la inflación a corto plazo (o son irrelevantes para ello o entren en vigor y despliegan sus efectos en unos años), pero en eso ha tenido también el don de la oportunidad, ya que justo ahora la inflación parece haber tocado techo y empieza a ceder.
“Esta histórica ley reducirá el coste de la energía, los medicamentos con receta y otros servicios sanitarios para las familias estadounidenses, combatirá la crisis climática, reducirá el déficit y hará que las mayores empresas paguen su parte justa de impuestos” sostiene la Casa Blanca. Es un proyecto que parecía muerto hace solo dos meses y que Biden y el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schummer, han conseguido sacar adelante aunque sea recortando significativamente su ambición por las cesiones a dos senadores díscolos.
Desde que se desbloqueó el proyecto, la Casa Blanca ha inundado a los periodistas con comunicados, informes y argumentarios sobre las bondades de la ley. Ahora, Biden quiere acercar ese mensaje a los ciudadanos de todo el país con una gira de la que aún no se conocen los detalles. Serán actos institucionales. En paralelo, Biden participará también en actos puros de campaña. Para el próximo 25 de agosto está anunciado el primero: un acto del Comité Nacional Demócrata en Montgomery County (Maryland), a las afueras de Washington.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, muestra la ley de Reducción de la Inflación recién firmada por ella tras ser aprobada.
Ting Shen (Bloomberg)
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El mensaje de Biden es que ha aprobado una ley que beneficia a las familias y se impone a los intereses particulares que, viene a sugerir, defienden los republicanos, los cuales han votado en bloque contra la norma.
Rebaja de las medicinas
La parte que con más facilidad llega al ciudadano es la rebaja de medicamentos. En la actualidad, según la Casa Blanca, los estadounidenses pagan dos o tres veces más que los ciudadanos de otros países por los medicamentos con receta. Entre cinco y siete millones de beneficiarios de Medicare, el seguro público que cubre, principalmente, a los mayores de 65 años, podrían ver reducidos los costes gracias a la disposición que permite a Medicare negociar directamente con las farmacéuticas el coste de algunas medicinas.
Además, 50 millones de beneficiarios “tendrán la tranquilidad de saber que sus costes en la farmacia tienen un límite de 2.000 dólares al año, lo que beneficiará directamente a unos 1,4 millones de beneficiarios cada año”, que gastan más de esa cifra. Y 3,3 millones de beneficiarios de Medicare con diabetes se beneficiarán de la garantía de que los costes de su insulina se limitan a 35 dólares por el suministro de un mes, un límite que no se pudo generalizar por la negativa republicana.
Para completar el paquete sanitario, la ley permite que 13 millones de personas sigan ahorrando una media de 800 dólares al año en primas de seguro médico y que haya tres millones más con seguro médico. En Estados Unidos aún hay un 8% de la población sin cobertura médica de ningún tipo, aunque es un mínimo histórico.
La otra parte del lado de gasto de la ley va destinada a combatir el cambio climático. Para las familias incluye incentivos, créditos fiscales y ayudas para la compra de coches eléctricos (aunque con limitaciones severas que han merecido críticas de la industria), para instalar bombas de calor y electrodomésticos más eficientes o para instalar paneles solares más eficientes.
Para las empresas y comunidades, habrá incentivos para que aumente el parque de paneles solares, parques eólicos y grandes baterías para almacenamiento energético. La ley también destina fondos a proteger los bosques y las zonas amenazadas por los efectos del cambio climático.
Todo eso se financia principalmente con una reforma fiscal para las grandes empresas. La ley establece un impuesto mínimo del 15% para las compañías que declaren en sus cuentas un beneficio de más de 1.000 millones de dólares, pero que utilizan deducciones, créditos fiscales y otras maniobras de ingeniería fiscal para reducir sus tipos impositivos e incluso librarse de pagar impuestos sobre beneficios. Se impone también una tasa del 1% a las recompras de acciones propias.
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