Joe Biden quema sus últimos cartuchos en la lucha contra la inflación a tres semanas de las elecciones legislativas de mitad de su mandato. El presidente de Estados Unidos ha decidido liberar 15 millones de barriles de las reservas estratégicas de Estados Unidos para intentar que bajen los precios de la gasolina y contener así la inflación, la principal preocupación de los votantes, según ha informado la Casa Blanca.
Biden ha estado intentando cambiar el foco de las elecciones hacia el aborto o los riesgos para la democracia que se derivan del trumpismo extremo. Sin embargo, encuesta tras encuesta, el electorado señala a la economía, y en particular a la subida de los precios, como el principal problema de Estados Unidos, con gran diferencia de los demás.
Como líneas principales de defensa, la Casa Blanca esgrime la Ley de Reducción de la Inflación (cuya denominación es política y no ha servido para reducir la inflación) y contabilizaba como un logro el abaratamiento de la gasolina desde los máximos de más de cinco dólares por galón (3,785 litros) que tocó en junio. Sin embargo, los precios de la gasolina han vuelto a subir desde mediados de septiembre y Biden se ha llevado además un chasco con la decisión de la OPEP, alentada por Arabia Saudí y con el beneplácito de Rusia, de recortar la producción de crudo, lo que alienta nuevas subidas en un momento especialmente inoportuno.
Ya no hay más datos de inflación que se vayan a publicar antes de la cita de las urnas del 8 de noviembre y las subidas de precios siguen por encima del 8% interanual, un ritmo que no se veía desde hace 40 años. Biden quiere al menos que los precios no se disparen en el surtidor en estas semanas previas a las elecciones, en las que se renueva toda la Cámara de Representantes y más de un tercio del Senado.
Los demócratas tienen casi perdido el control de la Cámara de Representantes, según las encuestas, mientras que el Senado está en el aire y dependerá de un puñado de Estados. Los candidatos republicanos están hurgando en la herida de la inflación en sus intervenciones públicas y en los debates y el precio de la gasolina es el síntoma más evidente del problema para un país que no sabe vivir sin el automóvil y que está acostumbrado a precios del combustible muy bajos.
El último tramo
Los 15 millones de barriles de petróleo de las reservas estratégicas son el último tramo a liberar del total de 180 millones anunciado en marzo por la Casa Blanca tras la invasión rusa de Ucrania y saldrán al mercado en diciembre, pero el Gobierno confía en que el anuncio se deje sentir ya en la cotización del crudo. Biden no descarta liberar aún más reservas en invierno si el precio no cede.
Las reservas de crudo han caído a los niveles más bajos desde mediados de la década de 1980 y Biden tratará de recomponerlas cuando los precios se moderen y se sitúen en el entorno de los 67-72 dólares por barril, según han informado cargos del Gobierno. Estados Unidos tiene capacidad para almacenar 714 millones de barriles y las reservas estaban algo por encima de los 400 millones de barriles antes de este último movimiento.
“Como parte de su compromiso de garantizar la reposición de la reserva de petróleo, el Departamento de Energía está ultimando una norma que le permitirá suscribir contratos de precio fijo mediante un proceso de licitación para el producto entregado en una fecha futura”, ha anunciado la Casa Blanca. “Este enfoque de recompra protegerá a los contribuyentes y contribuirá a crear certidumbre en torno a la futura demanda de crudo. Eso animará a las empresas a invertir en la producción ahora mismo, ayudando a mejorar la seguridad energética de Estados Unidos y a bajar los precios de la energía que han subido por la guerra de Putin en Ucrania”, ha añadido.
La OPEP ha acordado un recorte de producción de dos millones de barriles diarios. Los precios del crudo brent, que habían caído al entorno de los 75 dólares por barril, han escalado de nuevo hacia los 90 dólares, aunque los del tipo West Texas están algo más baratos, en torno a 83 dólares.
Biden se ha quejado reiteradamente a las petroleras de que no solo se están beneficiando de la subida del crudo, sino de que además están engordando sus márgenes. Biden se ha dirigido a los directivos de las petroleras en público y en privado para que trasladen las bajadas de precio del crudo a los consumidores y seguirá insistiendo en ello.
Según la Casa Blanca, el beneficio que las empresas de refino de energía obtienen ahora por cada galón de gasolina es aproximadamente el doble de lo habitual en esta época del año, y el margen de los minoristas sobre el precio de refinería es más del 40% por encima del nivel normal. “Estos enormes márgenes de beneficio de la industria -que añaden más de 0,60 dólares al precio medio del galón de gasolina- han mantenido los precios en los surtidores más altos de lo que deberían. Es inaceptable que se mantengan los precios elevados aunque los costes de los insumos disminuyan, y el presidente pedirá a las empresas que trasladen sus ahorros a los consumidores, ahora”, indica la Casa Blanca.
Este miércoles tiene prevista una intervención en la que reiterará ese mensaje. Según la agenda oficial de la Casa Blanca, “el presidente pronunciará un discurso sobre medidas adicionales para reforzar la seguridad energética y reducir los costes”.
Al ser preguntado sobre si el Gobierno se plantearía la posibilidad de limitar temporalmente las exportaciones para aumentar la oferta nacional y hacer caer los precios, cargos del Gobierno señalaron que “todas las opciones están sobre la mesa”, aunque sin dar más explicaciones.
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