Joe Biden, este martes en la Casa Blanca durante una comparecencia conjunta con el primer ministro de Singapur.

Biden promete 500 millones de dólares más de ayuda a Ucrania

Joe Biden, este martes en la Casa Blanca durante una comparecencia conjunta con el primer ministro de Singapur.
Joe Biden, este martes en la Casa Blanca durante una comparecencia conjunta con el primer ministro de Singapur.Patrick Semansky (AP)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha prometido este miércoles en una llamada telefónica con su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski, 500 millones de dólares más, unos 544 millones de euros, de ayuda directa al país atacado como respuesta a la invasión rusa. Ambos han hablado de los esfuerzos de Washington y sus aliados de la OTAN y de la Unión Europea “por brindar asistencia militar, económica y humanitaria a Ucrania y de imponer costos severos a Rusia por su brutal agresión”, según un resumen de la conversación, de unos 55 minutos, difundido por la Casa Blanca.

Biden le trasladó a Zelenski que Washington están “trabajando las 24 horas” para ver la manera de seguir asistiendo a Ucrania. Ambos, siempre según la Casa Blanca, han valorado en la llamada el efecto que la ayuda militar ha tenido sobre el desarrollo del conflicto, que comenzó el 24 de febrero con las perspectivas de Moscú de una victoria rápida y una conquista fugaz de Kiev, que pronto se vieron frustradas por la resistencia del ejército ucranio. “También han repasado”, concluye el comunicado, “las sanciones adicionales y la asistencia humanitaria anunciadas la semana pasada”, durante la visita de Biden a Bruselas y Polonia. Zelenski también ofreció a este un resumen de los progresos en la negociación que Rusia y Ucrania están celebrando en Estambul.

En el encuentro de este martes entre ambas delegaciones se observaron algunas razones para el optimismo. Rusia aseguró que reducirá “drásticamente” las operaciones militares en las áreas de Kiev y Chernihiv para avanzar en la resolución del conflicto. Ucrania, por su parte, ofreció su renuncia a la ambición de entrar OTAN, uno de los casus belli esgrimidos por el Kremlin para iniciar la invasión, a cambio de obtener garantías de seguridad en su territorio. Lejos de aflojar su intensidad militar, Moscú ha golpeado este miércoles, el norte del país vecino, al tiempo que ha endurecido la ofensiva en la región oriental del Donbás, en disputa desde 2014.

Estados Unidos recibió con escepticismo la promesa rusa. Biden dijo: “Veremos. No me creeré nada hasta que compruebe que lo respaldan con acciones”. Y el portavoz del Pentágono, John Kirby, fue después más allá al afirmar que sus servicios de inteligencia habían advertido el movimiento de “un número pequeño” de soldados rusos cerca de Kiev en los “últimos uno o dos días”. Pero descartó que se tratara de “una retirada real”. “Mantienen una abrumadora mayoría de sus tropas [en el terreno]. Creemos que estamos ante un reposicionamiento, no ante un verdadero repliegue. Deberíamos estar todos preparados para una gran ofensiva en otras zonas de Ucrania”, añadió.

El líder estadounidese mantuvo además el martes, a petición propia, una videoconferencia con los mandatarios francés, alemán, británico e italiano, en el que los cinco coincidieron en tomar con cautela las señales rusas.

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