Los nervios eran palpables desde mucho antes que comenzara el concierto. Faltaba casi una hora para que arrancase, a las 20h, pero el Palau Sant Jordi estaba muy lleno. Además, los fans ya se estaban dejando la voz coreando algunas de las canciones que iban a escuchar en directo después. Ese es el efecto que causa Blackpink: euforia, incluso ansia, y una emoción inconmensurable. Para muchos, esta era su primera vez frente a las reinas del k-pop.
Jennie, Lisa, Jisoo y Rosé volvieron este lunes a Barcelona después de tres años y medio, convertidas en estrellas mundiales que, sobre todo junto a BTS, han logrado elevar el k-pop a otro nivel de popularidad. La capital catalana ha sido la única parada española en su gira mundial ‘Born Pink World Tour‘, en la que han presentado ‘Born Pink‘, su segundo álbum de estudio de larga duración.
Desde 2016, las cuatro jóvenes han ido conquistando al mundo entero hasta convertirse en la banda femenina de k-pop -y no sólo de k-pop- más popular y escuchada del mundo, con varios temas que en YouTube superan los mil millones de reproducciones. Y después de un año redondo, de haber actuado en los MTV Video Music Awards, protagonizado una portada de ‘Rolling Stone’ (la tercera banda femenina en hacerlo de la historia) y lanzado su esperado nuevo trabajo, Blackpink vuelve a girar por el mundo.
Tras pasar por Estados Unidos, el grupo de Corea del Sur comenzaba hace unos días su gira europea y anoche llegaron al Sant Jordi colgando el cartel de ‘sold out‘. Casi 18.000 ‘blinks’ -así se hacen llamar los fans de la banda- recibieron con sus ‘lightsticks’ a las artistas, que ofrecieron un exigente espectáculo en el que cantaron y bailaron no sólo sus últimas canciones sino también muchos otros de sus populares temas, que mezclan géneros como el pop, el rap, el hip-hop o el R&B.
Blackpink interpretó tanto canciones de su último trabajo como algunos de sus temas más famosos
El show comenzó con ‘How You Like That‘, el tema principal de ‘The Album‘, su anterior álbum de estudio, y antes de arrancar con ‘Born Pink‘, siguieron con otras canciones antiguas como ‘Pretty Savage‘, ‘Whistle‘ (tema con el que debutaron en 2016), ‘Don’t Know What To Do‘ y ‘Lovesick Girls‘. Eso sí, las pausas se convirtieron en algo imperativo a lo largo de la noche y fueron llenadas con música, vídeos e incluso un espectáculo de baile más que logrado. Se convirtieron en un recurso necesario para cambiar de vestuario pero, sobre todo, para que las integrantes pudieran descansar y coger aire.
No faltaron tampoco dos de los éxitos sin los que se entiende su ascenso meteórico: ‘Ddu-du Ddu-du‘ y ‘Kill This Love’. Y, por supuesto, cantaron ‘Tally‘, ‘Pink Venom‘, ‘Shut Down‘ y ‘Typa Girl‘, temas de su nuevo trabajo. Aunque aquí una servidora echó en falta ‘The Happiest Girl‘ y ‘Ready For Love‘, también del último disco.
Otro de los puntos álgidos del concierto, que sirvió también para que las chicas pudieran recuperar el aliento entre tanto baile y performance, fue el momento de las actuaciones individuales. Jisoo interpretó ‘Liar‘ de Camila Cabello, Jennie ‘You & Me‘, un nuevo tema que aún no ha salido, Rosé hizo lo propio con ‘Hard To Love‘ y ‘On The Ground‘ y Lisa cerró con ‘Lalisa‘ y ‘Money‘, canciones que han convertido a la tailandesa en la artista solista de k-pop más escuchada este 2022 en Spotify, por delante de Jung Kook de BTS.
Con ‘Forever Young‘ se despidieron del público antes de dar paso a los bises, dejando vacío el escenario durante varios minutos en los que el Sant Jordi quedó iluminado únicamente por los ‘lightstick’ de los fans, que no dejaron de pedir a gritos que Blackpink regresara al escenario, además de coordinarse para hacer una gran ola rosa en medio de la oscuridad. Poco después, la banda regresó al escenario con otras cuatro canciones, una más que en la mayoría de conciertos que han realizado hasta la fecha.
Sin duda, ese último tramo fue el más emotivo del concierto: las formalidades quedaron atrás y las artistas se reencontraron con el público de una manera mucho más cercana y desenfadada, con pequeños incidentes o risas que no podían contener. Sonó ‘Yeah Yeah Yeah‘, una de las nuevas canciones con un aire retro, y llegó el momento de máxima nostalgia con ‘Stay‘, para dar paso después a la fiesta con ‘Boombayah‘ (a petición del público) y ‘As If It’s Your Last‘, una auténtica sorpresa para los que no habíamos comprobado la setlist del concierto y una decisión acertadísima.
Porque la combinación de ambos temas al final resume la esencia de Blackpink, de lo que siempre ha sido y continúa siendo: una banda explosiva, cañera, ‘pretty savage’, pero al mismo tiempo dulce y cálida.