Leandro Bolmaro, exjugador del Barça de basket, ya luce sus nuevos colores en la NBA y se muestra esperanzado con el nuevo proyecto que arranca junto a los Utah Jazz, una franquicia en plena reconstrucción. Los de Salt Lake City se han desprendido de sus pesos pesados del pasado reciente –Donovan Mitchell, Rudy Gobert, Bojan Bogdanovic, Joe Ingles…– y han cambiado de entrenador para empezar desde cero esta campaña.
La mala noticia es que no competirán por gran cosa, pero la buena es que eso dará más oportunidades a todos los jugadores en plantilla, entre ellos al argentino de 22 años. “Estoy muy contento de estar aquí, entusiasmado y con ganas de entrenarme”, declaró ataviado con el ’10’ y la preciosa camiseta retro púrpura con fondo de montañas nevadas. “Quiero devolver a los Jazz la confianza que han depositado en mí”.
Después de pasarse su temporada de debut en Minnesota mayormente en la banda, el cordobés quiere ganarse la confianza de Will Hardy, entrenador primerizo de 34 años procedente del cuerpo técnico de Ime Udoka en los Boston Celtics subcampeones de la liga. “Mi sueño era jugar en la NBA. Estoy contento de haber llegado, pero ahora quiero quedarme por mucho tiempo”, aseguró.
Después de un verano ajetreado, en el que se ha proclamado campeón de la FIBA AmeriCup con la selección de su país, Bolmaro llega con el tanque de confianza cargado al máximo después de una primera temporada en la NBA para olvidar: 35 partidos disputados y promedios de 1,4 puntos y 1,2 rebotes en 6,9 minutos de juego con los Timberwolves. Con Argentina, sus números fueron más prometedores: 7,3 puntos, 2,2 rebotes y 1,8 asistencias en 18,3 minutos en el torneo, promedios incluso más elevados que en su última campaña en el Palau Blaugrana.
Después de reconocer que ha tenido poco tiempo para las vacaciones, el joven talento destacó que después de no jugar demasiado en su curso de debut sabía que le tocaba mejorar en el aspecto físico como en el juego. En concreto, pasó mucho tiempo en el gimnasio y contrató a un preparador personal para mejorar su técnica de tiro, ya que un papel secundario como anotador es el que mejor encaja con su perfil en la competición estadounidense. Durante la Liga de Verano, se ganó un puesto en la plantilla tras ir de menos a más y terminar con 10,8 puntos, 4,3 rebotes y 2 asistencias de promedio en cuatro partidos. Eso sí, como bien dijo en el Media Day, su tiro sigue siendo una asignatura (32,7% TC y 25% 3P en la Summer League).
Empiezan de cero los Jazz y también lo hace un Bolmaro que tendrá oportunidades pero mucha competencia en la nueva Utah, liderada por los veteranos exteriores Mike Conley y Jordan Clarkson y el interior Kelly Olynyk, su incorporación más reciente. En la lucha posicional, el argentino tendrá a jugadores de enorme talento, entre ellos Lauri Markkanen, una de las estrellas del último Eurobasket, y el italiano de 26 años Simone Fontecchio, procedente del Baskonia.