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Bolsonaro dice que Trump se ha comprometido a no subir los aranceles al acero brasileño



La amenaza de Donald Trump de imponer más aranceles al acero y aluminio brasileños ha durado menos de un mes. Y lo único que necesitaba para desistir de su idea era hablar con Jair Bolsonaro. Al menos, según ha presumido el propio mandatario brasileño. Bolsonaro anunció el viernes, en una transmisión en directo por Facebook, que se entendió con el líder norteamericano sobre dicha cuestión. “Mis argumentos le convencieron y decidió decirnos a todos nosotros, a los brasileños, que nuestro acero y nuestro aluminio no sufrirán nuevos aranceles. Repito: no sufrirán nuevos aranceles”, remarcó.

Luciendo una camiseta de la selección de fútbol de Catar, y escoltado por el canciller Ernesto Araújo y el asesor especial de la presidencia para asuntos internacionales, Filipe G. Martins, el mandatario aprovechó para destacar su “amistad personal” y simpatía por Trump, quien le respondió por medio de su cuenta de Twitter: “Acabo de mantener una excelente conversación telefónica con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Hemos hablado sobre varios asuntos, incluido el comercio exterior. La relación entre EE UU y Brasil nunca ha estado tan fuerte”.
Cuando se anunció el restablecimiento de los nuevos aranceles a Brasil y Argentina, a principios de diciembre, el Instituto do Aço Brasil (Instituto del Acero Brasil) criticó la decisión de Trump, pues se basaba en la devaluación deliberada de los cambios brasileño y argentino. Unos meses antes, en agosto, el gobierno estadounidense había flexibilizado las importaciones de dichos metales, las empresas de EE UU que negociasen acero brasileño no tendrían que pagar el recargo del 25% sobre el precio original, siempre que demostrasen la ausencia de materia prima en el mercado interno.
EE UU es el principal destino del acero brasileño. De acuerdo con el Instituto Acero Brasil, el mercado estadounidense recibió 6,6 millones de toneladas de los 16 millones de toneladas de productos siderúrgicos que exportó en 2018. De las 119.500 toneladas de aluminio exportadas por Brasil de enero a octubre de este año, casi la mitad, 52.000 toneladas, fue a parar a Estados Unidos.
Este viernes, Bolsonaro destacó que, cuando Trump anunció dicha medida, “no aceptamos la provocación de una reacción inmediata contra el Gobierno americano”. Durante el directo en Facebook, el presidente brasileño también se quejó de los “ataques de los medios de comunicación” que recibió cuando su homólogo estadounidense anunció la imposición de la nueva tasa. Unas horas antes, el presidente se había desentendido nuevamente con algunos periodistas durante una rueda de prensa, llegando a decirle a uno de ellos que tenía una “pinta de homosexual terrible”, además de mandar “callar” a otros.
El enfado de Bolsonaro fue una reacción a las preguntas sobre la investigación acerca de su hijo, el senador Flávio Bolsonaro. Flavio está siendo investigado por una posible práctica de “rachadinha” —cuando un político se embolsa parte del sueldo de sus propios empleados—, cuando era diputado del estado de Río de Janeiro. Cuando se le preguntó si tenía recibos del préstamo de 40.000 reales [unos 9.750 dólares] que alega haberle hecho a Fabrício Queiroz, exasesor de Flavio y uno de los causantes de las sospechas acerca del presunto entramado del gabinete del entonces diputado regional, Bolsonaro explotó: “Pregúntale a tu madre por el comprobante que le dio a tu padre, ¿vale?”.
Organismos de prensa, como la Asociación Brasileña de Periodismo (ABRAJI, por sus siglas en portugués), han expresado su repudio a las actitudes del presidente. “A lo largo del primer año de mandato, el presidente ha tenido una actitud parecida en más de 10 ocasiones. Los simpatizantes del presidente, que también lo esperan en la puerta del Palacio de Alvorada, su residencia oficial, suelen celebrar estos ataques, lo que acentúa el clima de intimidación contra los reporteros”, manifestó la ABRAJI en una nota.
Popularidad
La conversación con Trump y el anuncio de una victoria comercial fueron un aliento para Bolsonaro en un día en el que él, ya perturbado por el caso de su hijo senador, recibió otra mala noticia. Un estudio del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE), divulgado el viernes, arroja que la popularidad de Bolsonaro viene oscilando negativamente desde abril. La aprobación de su Gobierno (quienes lo consideran bueno o excelente) es del 29%. En el sondeo anterior, divulgado en septiembre, dicho porcentaje era del 31% —el pico de aprobación fue en abril, con un 35%—. Por otro lado, la valoración mala o pésima, pasó del 34% al 38% desde septiembre.
A la pregunta sobre la manera de gobernar de Bolsonaro, el 53% de los 2.000 encuestados la desaprueban. Las valoraciones sobre el desempeño económico del Gobierno tampoco son buenas: el 62% está en contra de los tipos de interés —a pesar de que los tipos básicos se hayan reducido hasta un 4,5% este mes, el porcentaje más bajo desde 1999―, el 56% desaprueba la lucha contra el desempleo y el 64% desaprueba la recaudación de impuestos. Pese a ello, el 40% de los entrevistados consideran que el Gobierno de Bolsonaro es mejor que el de su antecesor, Michel Temer, mientras que el 36% cree que son iguales y el 20% asegura que es peor.


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