Booker y Durant se conjuran para empatar la serie ante un inhumano Jokic: ¡53 puntos!

Como un cautivador soliloquio sordo, como una exhibición de arte invisible. Nikola Jokic, el hombre que hace de todo, cómo quiere y cuándo quiere, transmitió su furia a su baloncesto -provocado por un rifirrafe con el dueño de los Suns-, y embelesó con un apoteósico y monumental recital de 53 puntos, 11 asistencias y 4 rebotes tan bello como estéril, eclipsado por la pareja de astros diabólica que forman Devin Booker y Kevin Durant. Con 36 puntos cada uno, el despampanante dúo de Phoenix empató la serie con (129-124 y 2-2) antes de la vuelta a Denver para sofocar la rebelión de Jokic y exponer las lagunas del plan de unos Nuggets que demandan respuestas urgentes.

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En una temporada en la que los 33 puntos de media de Joel Embiid se han utilizado como consistente argumento para entregarle el MVP frente a los 24,5 de Jokic, el serbio advirtió que, si así él lo decide, puede ser ejecutor más que gestor y encargarse él mismo de amasar todos los puntos que sean necesarios en vez de servirlos -cosa que también hizo aunque con 6 pérdidas-, hasta más de medio centenar.

Influenciado por ello o no, el interior, sacando en exceso su vena competitiva balcánica, se las tuvo con el nuevo propietario de los Suns, Mat Ishbia, en una acción en el segundo cuarto en la que el empresario retuvo el balón. De ‘businessman’ a ‘businessman’, pues el ‘Joker’, que llega a los partidos enfundado en trajes impecables, tiene mucho también de gestor, aunque pueda él mismo coger y encargarse de toda la faena. El balcánico se llevó una técnica. 

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Ante un pívot muy inferior como Deandre Ayton, con Jock Landale como único recambio, dárselas al dos veces MVP es dinero fácil, pero el problema es que los beneficios de ir con todo con el serbio no alcanza a tapar todos los agujeros en los que tanto gusto hurgan Durant y Booker, desesperante cuando definen la infalibilidad de la manera que lo hacen y sin parar, sólo 12 tiros fallados entre ambos, con un 11/19 para el alero -además de 11 rebotes-, y un increíble pero cierto 14/18 para el base escolta, con también 12 asistencias y disparando cerca del 80% en los dos últimos choques.

En un choque de nuevo sin Chris Paul, Kevin Durant y Devin Booker fueron como dos estrellas fugaces con los fulgurantes contraataques de los Suns, que se escaparon en el último cuarto. Significativo fue un momento en el último cuarto en el que, tras canasta de Denver, todo el staff técnico y banquillo del conjunto de Arizona se desgañitaba para arrear a los cinco que estaban en pista para que respondieran rápido. 

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El cuadro de Monty Williams ha encontrado definitivamente la fórmula con su ritmo vertiginoso en transición para desordenar a los Nuggets, penalizados por cada ataque fallado.

Pero el problema viene también en el cinco contra cinco. El conjunto de Michael Malone ha perdido toda capacidad de sorpresa con sus 2×1 y sus ‘flash’ para defender a Durant y ‘Book’ en el bloqueo directo con la idea de obligarles a soltar rápido el balón.

Landry Shamet, secundario que quiso ser protagonista, el tan buscado ‘factor X’, hizo pagar a los Nuggets la falta de atención de los de Colorado en el perímetro con 19 puntos y un 5/8 en triples desde el banquillo. La cuestionada segunda unidad de los Suns apiló 40 puntos por los 11 de la de Denver, donde los 28 tantos y 7 pases de canasta de Jamal Murray, pese a que muy bien defendido por Shamet, no alcanzaron, acabando también en dobles figuras Michael Porter Jr. (11), Aaron Gordon (11) y Kentavious Caldwell-Pope (10).

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Sin embargo, el problema residió para defender el aro propio, con unos Nuggets que persistieron en su idea de doblar a Durant y Booker hasta el final, esperando quizá que al final les pudiera temblar la mano a los secundarios.

Pero, aparte del acierto de los compañeros que quedan liberados con la atracción que provocan los dos líderes de Phoenix, el ajuste ‘maquiavélico’ de juntar a los dos, uno al lado del otro, está resultando en los Suns. Basta que Booker encuentre al alero y ‘Durántula’, con la defensa reordenándose, aproveche el caos y la falta de tiempo para configurar ayudas atacando el 1×1 en el perímetro, suspenderse y asestar el picotazo con su inequívoco tiro de media distancia.

Los dobles bloqueos o el uso de Durant como bloqueador acabó de confundir a la desconcertada defensa de Denver, que encima podría perder a Jokic si es sancionado por su incidente. El dueño de los Suns desató la ira del serbio pero Phoenix contuvo su enfado. El martes -04:00 hora peninsular-, nuevo desafío de vuelta a Denver con el ‘Joker’ y su séquito urgidos a responder.