AGUAFIESTAS. Del rojo Ducati al negro Aprilia.
La cita mundialista en Mugello siempre se ha entendido como el GP de Ducati. Por la proximidad a su sede en Bolonia -unos 70 km-, por ser tradicionalmente su circuito de pruebas y porque allí ha protagonizado jornadas gloriosas para el motociclismo italiano. Porque Ducati ha ganado en Mugello con Casey Stoner, con Jorge Lorenzo, con Andrea Dovizioso y con Danilo Petrucci. Pero en el GP de Italia de este fin de semana ese protagonismo le ha sido de momento inmisericordemente usurpado por Aprilia. Con un plan de comunicación “sibilino”, la otra marca transalpina del Mundial -obviamente rivales acérrimos- ha borrado de los titulares de los medios el nombre de Ducati. Si ayer en una rueda de prensa especial anunciaron la renovación de Aleix Espargaró y Maverick Viñales, hoy nada más empezar la mañana se hacía público la creación de un equipo satélite para 2023. Al mismo tiempo, su piloto de pruebas, Lorenzo Savadori, se convirtió en el foco de atención al salir a pista con una moto con un llamativo alerón en la parte trasera de su RS-GP. Y en la FP2 de la tarde, Aleix Espargaró acabó de amargarle su fiesta a Ducati al cerrar el día encabezando la clasificación, por delante de las nueve Ducati que corren en este GP. Sí, es verdad que ayer sólo fue viernes y que los puntos se reparten el domingo, pero de momento lo que siempre había sido rojo Ducati ha pasado a negro, negrísimo Aprilia.
EFECTO 2020: La implosión de MotoGP.
¿Se han dado cuenta qué esconde el anuncio de la creación del futuro equipo satélite de Aprilia? Tiremos de la popular cita aquella de que los árboles no nos dejan ver el bosque, y demos un paso atrás. Y de repente nos encontramos con un montón de situaciones inimaginables hace un par de temporadas. Sí, porque en 2020, el maldito año de la irrupción de la pandemia, MotoGP entró en un proceso de transformación tan bestia como el que convierte un gusano en una mariposa. Quién habría dicho hace sólo unas semanas que el año que viene habrá 2 Yamaha y ninguna Suzuki en parrilla, y que esto supondrá que de las 22 motos en parrilla…¡sólo 6 serán japonesas! Más, durante décadas la categoría reina era un repetitivo duelo Honda / Yamaha, ahora va de Ducati o Aprilia. Hasta 2020, había una élite entre los pilotos de MotoGP que eran los que se repartían las victorias. Se contaban con una mano: Valentino Rossi, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y Marc Márquez. Una victoria de cualquiera fuera de este cuarteto era algo “raro”. A partir de 2020 ha pasado a ganar prácticamente cualquiera. Lo dicho, en apenas dos temporadas MotoGP ha sufrido una metamorfosis inimaginable. La pregunta es si lo que surgirá de este cambio es mejor que lo que había.
100 M x SEGUNDO: ¡Cómo me gusta Mugello!
Tras la eliminación del calendario del mítico Suzuka, Mugello es sin duda el circuito más difícil del calendario. La sucesión de chicanes con formas diferentes, las frenadas en bajada, la cieguísima Arrabiata 2, la línea de meta muy lejos de la salida de la última curva… No es de extrañar que los dos pilotos con más victorias en Mugello sean dos pilotos que brillaron por su exquisita técnica, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo. Mugello también es culpable del inicio de toda esta historia de las alas que hace correr tanta tinta estos días, porque fue para evitar que las motos despegasen en el cambio de rasante de final de recta, que se probaron unos apéndices para mantener la rueda delantera pegada al asfalto. Un dato muy bestia: las MotoGP llegan en esa recta casi a los 360 km/h, lo que supone que recorren ¡100 metros en un segundo!, y que dudar tres décimas de segundo si frenar o no suponga recorrer 30 metros. No es de extrañar que ayer tantos pilotos se saliesen recto a frenar de recta. Pero a pesar de contar con una de las frenadas más radicales de todo el campeonato, por la sucesión de chicanes, en Mugello es más importante contar con una moto que gire bien y traccione con eficiencia que que sea muy eficiente frenando. Es esto lo que ha salvado a Fabio Quartararo y su Yamaha, la segunda moto más lenta de las 26 que saldrán el domingo, de verse abrasado en el primer día de entrenamientos.