LA REFLEXIÓN: Prohibido hacerse daño.
Aleix Espargaró ha sufrido hoy dos caídas, una en cada una de las sesiones que se han celebrado. En la segunda…”la moto se ha partido en dos, a pesar de que iba despacio”, comentó Aleix quitándole importancia, explicando que las caídas formaban parte del proceso de encontrar los límites de su Aprilia en Motorland. Aprovechó para, en un circuito en el que siempre ha ido rápido, reivindicar su determinación por volver a ganar. No voy a ser yo el que le diga a Aleix cómo gestionar el fin de semana, pero él sabe, cómo sabemos todos, que con cinco GGPP en seis semanas -Aragón, Japón, Tailandia, Australia y Malasia- los riesgos hay que administrarlos con más atención de lo normal. Especialmente en su caso, como aspirante al título junto con Fabio Quartararo y Pecco Bagnaia. Es cierto que siendo tercero en la provisional del campeonato a 33 puntos del Quartararo, Aleix es el que más tiene que arriesgar de los tres, pero también lo es que todavía hay en juego 150 puntos y que un dedo meñique roto puede arruinar toda la secuencia de las siguientes cinco carreras.
EL AUSENTE: Echando de menos a Valentino.
La última vez que Valentino Rossi se dejó ver en un GP fue en Mugello en el pasado mes de mayo. Ausencia esta que tiene “disgustado” al promotor del campeonato, ya que en la estrategia emprendida para potenciar la visibilidad, el seguimiento y popularidad de MotoGP, contar con más presencia de Valentino sería… como decirlo, ¿la mejor campaña de marketing posible? Porque Rossi es mucho más que un expiloto. Valga como muestra lo sucedido el domingo del GP de Portugal, cuando Valentino tardó diez minutos en llegar desde el fondo de la parrilla hasta la primera línea porque, ¡todos los invitados que estaban sobre el grid le pidieron hacerse una foto con él! Y son justamente perfiles como este, el del personaje con el que todo el mundo quiere ser visto -le gusten o no las carreras-, una de las situaciones que diferencian hoy por hoy a MotoGP de la F1. Pero Rossi, a pesar de habérsele dado todas las facilidades para poner en pie una estructura en MotoGP, apenas se ha dejado ver en los GGPP. Es verdad que muchos han coincidido con carreras o entrenamientos de la Copa GT de la World Challenge Tour en la que corre, pero no nos engañemos, los que esperaban ver a Valentino haciendo de manager al uso VR46 no conocen a Rossi.
LA REALIDAD: La cantidad no garantiza la calidad.
Esta tarde se ha hecho oficial el paso de Augusto Fernández a MotoGP dentro del nuevo equipo Gas Gas. Con la llegada del mallorquín a MotoGP -no sé qué comen en la isla que no paran de “producir” pilotos de primera línea- en 2023 serán diez los pilotos españoles de una parrilla de 22: los hermanos Márquez, los hermanos Espargaró, Joan Mir, Alex Rins, Jorge Martín, Maverick Viñales y los Fernández, Raúl y Augusto. Son muchos, sí, pero como estamos comprobando esta temporada, la cantidad no garantiza resultados: en los catorce GGPP celebrados hasta ahora, entre los nueve pilotos españoles actuales de MotoGP se ha ganado un solo GP, el conquistado por Aleix Espargaró en el GP de Argentina celebrado en abril, y desde entonces nada a pesar de que los tenemos subidos en todas las marcas menos en Yamaha. Es decir, y que nadie se ofenda, la cantidad no garantiza la calidad.