BRASIL – El Museo del Fútbol de Sao Paulo rompió con su propia trayectoria de 10 años para hacer autocrítica y narrar, por fin, una historia de superación jamás contada al detalle en Brasil: la del fútbol femenino.
Desde la prohibición expresa de jugar durante casi cuatro décadas hasta los comentarios sexistas que hoy en día reciben las jugadoras en Brasil, el museo abraza la rebeldía de sus protagonistas en una cruda muestra que se inauguró este martes.
La exhibición se titula “¡CONTRAATAQUE! Las mujeres del fútbol” porque, según el equipo que la organizó, no es posible narrar la historia del fútbol femenino sin hablar de resistencia.
“El contraataque es una jugada de quien está perdiendo”, explica una de las comisarias de la exhibición, Aira Bonfim: “Es un gran gol tener una exhibición así, que cuenta a partir de la narrativa de las mujeres, una historia que también pertenece al fútbol general”, apuntó la investigadora.
De hecho, la propia creación de la muestra nació al reconocer un error del propio museo, que fue inaugurado en 2008 sin tener “prácticamente nada de la trayectoria femenina en su colección principal”, según explicó la directora de contenido del mismo, Daniela Alfonsi.
La exposición comienza en el momento de la prohibición de la práctica del deporte para las mujeres en Brasil, que se decretó en 1941 y se extendió hasta 1979, frente a otras potencias del balompié mundial como Alemania, que lo hizo en 1970, y Francia e Inglaterra, en 1971.
Alfonsi explica que la ley fue firmada en 1941 por el entonces presidente de Brasil, Getúlio Vargas, bajo la influencia del ideario nazi alemán sobre la pureza de la raza.
El entonces mandatario prohibió expresamente la práctica del deporte a las mujeres de Brasil y relegarlas a una única función: reproducir la raza.
“No se permitirá a las mujeres la práctica de deportes incompatibles con las condiciones de su naturaleza”, rezaba el artículo 54 de esa ley, que hoy está grabado al comienzo de la exposición con unas grandes letras rojas sobre fondo negro.
A través de extractos de periódicos, partes de textos jurídicos que apoyaban esa idea e imágenes de la época, la exposición avanza desde este punto de partida hasta el año 1983, cuando apareció la primera regulación del fútbol femenino, aunque con reservas.
La duración del partido era de sólo 70 minutos (en lugar de 90); el balón, de menor tamaño y peso y no estaba permitido cobrar al eventual público por una entrada.
Además, quedaba estrictamente prohibido para las jugadoras intercambiar sus camisetas al final del partido, como ya era habitual que hiciesen ellos.
La muestra también tiene un sector dedicado a las grandes estrellas del fútbol femenino de Brasil como Marta, considerada la mejor jugadora del fútbol femenino, o Cristiane, una de las máximas goleadoras de la historia de las selecciones de Brasil, apenas por detrás de la propia Marta y del mítico Pelé.
La exposición acaba con un guiño al futuro, los niños, a través de una simpática invitación a jugar una partida de futbolín con figuras con cuerpo de mujer.
Según explicó la directora, el juguete fue creado expresamente para la exposición, ya que no existe ningún fabricante en Brasil que realice hoy en día esta modalidad.
El espacio más sobrecogedor de la muestra es un panel con una veintena de pantallas que exhiben, incesantes, extractos cortos de jugadas de futbolistas en blanco y negro que se intercalan con citas extraídas de diversas fuentes.
“El fútbol es un deporte violento, capaz de alterar el equilibrio endocrino de la mujer” es una de las citas, proveniente del diario O Dia Esportivo en 1940.
“Puede ser un pasatiempo, pero no un verdadero deporte para las mujeres”, firma en este caso el diario Folha de Sao Paulo en 1979.
Pero lo más impresionante, como expuso la comisaria Aira Bonfim, es que en este sector hay recogidas también frases publicadas hace sólo una semana en las redes sociales.
“Sería mas atractivo si usaran pantalones más cortos” o “El fútbol femenino no está tan mal, yo mismo vi un partido y sólo me quedé dormido tres veces” son algunas de ellas.
Estas frases están expuestas al lado de las reproducciones de las “habilidades técnicas y jugadas maravillosas, no sólo de brasileñas, sino de jugadoras de todo el mundo”.
“Ahí están, para que el público, que es inteligente, piense: ‘Ostras, ¿Será que de verdad ese cuerpo no es propio de este juego tan bonito?’”.
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