Brian Oliván (Barcelona, 1994), una de las tres caras nuevas del RCD Espanyol 2022-23, atiende a Mundo Deportivo una vez finalizada la primera semana de la pretemporada a las órdenes de Diego Martínez. Se define como un chico normal, muy familiar, al que le gusta pasar el tiempo libre con sus amigos de toda la vida. Dentro del campo, como un futbolista al que nadie le ha regalado nada, muy trabajador y perseverante, que regresa a su ciudad natal para defender a muerte sus nuevos colores, como ha hecho durante toda su carrera.
No hace ni un año que debutó en Primera División. ¿Se imaginaba entonces todo lo que le está pasando?
Ha sido un año redondo. Debuté en Primera, marcando un gol en el primer partido, el objetivo que nos marcamos a principio de temporada con el Mallorca lo cumplimos en el último partido, luego me vino la convocatoria de la selección catalana… Salió una temporada redonda. Y encima mi fichaje por el Espanyol, volver a mi ciudad… Estoy muy ilusionado.
¿Cómo fueron los primeros contactos con el club?
Se pusieron en contacto con mis agentes y ellos me trasladaron a mí el interés del club. Desde el primer momento sabían que yo quería venir y nos pusimos de acuerdo muy rápido. Sí que es cierto que, como salió, tenía un preacuerdo con el Espanyol, pero como profesionales que somos, lo di todo por el Mallorca hasta el último partido, lógicamente.
¿Hubo interés por parte de otros equipos?
Sí que hubo contactos, pero como desde el primer momento salió lo del Espanyol y mis agentes tenían claro que quería venir aquí, descartamos otros intereses. Desde el primer momento que se pusieron en contacto con nosotros, yo quería venir aquí y nos entendimos muy rápido. Solo teníamos ojos para firmar aquí.
Da la sensación de que a pesar del enfado inicial de la afición del Mallorca por su salida terminó dejando un buen recuerdo allí…
Cuando salen los rumores, al final es normal que la gente tenga esa inquietud de si lo vas a dar todo, si te vas a dejar ir, pero al final creo que la opinión de la gente cambió con el paso de los partidos porque yo me entregaba al 100% igual. Y hasta que acabe mi carrera voy a ser así, siempre voy a dar el 100% por la camiseta de mi club. Tenemos que ser honrados y profesionales y por mucho que hubiese sucedido eso iba a darlo todo hasta el último partido. No concibo otra manera.
En Mallorca coincidió con Salva Sevilla y Javier Aguirre, dos ex del Espanyol. ¿Habló con ellos sobre el club?
Sí, con los dos. También con ex compañeros que estuvieron aquí, como Róber Correa, con el que tengo muy buena relación. Todos me hablaron maravillas del club. Javier –Aguirre- me dijo que estaba muy contento por mi fichaje, que creía que era un club que me venía como anillo al dedo, que iba a disfrutar mucho, que iba con un entrenador exigente que me iba a venir muy bien, que iba a disfrutar de mi ciudad… Salva –Sevilla- también me habló muy bien de su etapa aquí.
¿Qué supone este salto en su carrera?
Llego a un club histórico, uno de los más importantes a nivel nacional. Para mí es un reto, un paso más en mi carrera. Voy a defender los colores del Espanyol a muerte, como he hecho anteriormente. Y además en un club de mi ciudad, para mí eso es una motivación doble.
“Para mí es un reto, un paso más en mi carrera. Voy a defender los colores del Espanyol a muerte”
¿Qué sensaciones tiene una vez finalizada la primera semana de entrenamientos?
Muy buenas. Estamos en un proyecto nuevo, los compañeros me han acogido espectacular, desde el primer momento se nota que el club es como una pequeña familia. Todos te intentan ayudar, tanto la gente que trabaja desde fuera como los compañeros. Y un nuevo míster, que quiere sacar el máximo rendimiento de cada uno de los jugadores. El objetivo es devolver la ilusión a los aficionados, ir construyendo poco a poco los cimientos de este nuevo proyecto y que cuando empiece la temporada la gente se sienta orgullosa de lo que ha hecho su equipo en el campo. Podrá salir mejor o peor, pero daremos el máximo.
El viernes tuvo tu primer contacto con la afición del Espanyol. ¿Cómo fue ese momento?
Muy bonito. Se nota que el Espanyol tiene mucha afición y sentir el cariño de los aficionados siempre es bonito, te hace trabajar con un extra. Ojalá se pueda repetir muchas veces más, que ellos también puedan disfrutar de nosotros, de ver al equipo cerca, trabajando… Que vean también que en los entrenamientos damos el máximo.
¿Qué destacaría de Diego Martínez?
Aprendes mucho, todo lo tiene súper estudiado, creo que cada entrenamiento es un aprendizaje para nosotros. No se le escapa nada, es muy metódico, cuida mucho los pequeños detalles y es muy exigente. Creo que eso al final es bueno, porque saca la mejor versión de todos los jugadores.
En su presentación insistió en marcarse objetivos a corto plazo. ¿Cuál es el suyo?
Prepararme lo mejor posible, sacar el máximo provecho posible de la pretemporada para estar preparado para el inicio del campeonato y coger rápidamente los conceptos del entrenador. Creo que eso es muy importante.
¿Cómo se definiría como jugador?
Me ha costado llegar a donde estoy, nadie me ha regalado nada. Soy muy trabajador, perseverante y tengo mucha ambición y ganas de crecer, que es lo más importante.
¿Y fuera de los terrenos de juego?
Como un chico normal y corriente, muy familiar. Intento estar siempre con mis amigos de toda la vida y cuando tengo tiempo libre intento compartirlo con ellos. También con el tema de la universidad, que estoy acabando la carrera.
¿Cuánto le queda para terminarla?
Me he sacado unas cuantas asignaturas este año y me queda el último empujón. Solo cinco asignaturas y el Trabajo Fin de Grado.
¿Algún ídolo de infancia?
El jugador en el que más me he fijado, aunque esté retirado desde hace muchos años, es Paolo Maldini. Es el jugador que más idolatro.
Por último, un deseo para este curso…
Que salga una muy buena temporada y, dentro del grupo, que no tengamos ninguna lesión de gravedad. Sobre todo que la gente se sienta orgullosa de ver al Espanyol jugar.