La policía investiga a la cantante Britney Spears, de 39 años, por un delito menor de agresión después de que una empleada de su casa alegara que la cantante la había golpeado, según informaron este jueves las autoridades del condado de Ventura, en California, a medios locales. Mathew Rosengart, el abogado de la artista desde el pasado julio, ha explicado que la disputa se produjo por un teléfono móvil, sin ofrecer muchos más detalles. En declaraciones a medios locales, Rosengart negó que Spears golpeara a la empleada. “Cualquiera puede hacer una acusación así, pero esto debería haberse archivado inmediatamente”, argumentó.
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El incidente se produjo el lunes sobre las 10.25 hora local en la casa de la cantante en Thousand Oaks, ubicada en el condado de Ventura y a unos 60 kilómetros del centro de Los Ángeles, tal y como ha informado el portavoz de la oficina del sheriff, el capitán Eric Buschow. La empleada, cuya identidad se desconoce, asegura que Spears “la golpeó” durante el altercado, aunque nadie resultó herido.
La policía espera concluir su investigación esta semana y trasladar sus conclusiones a la oficina del fiscal de distrito del condado de Ventura que tendrá que determinar si Spears debe ser acusada formalmente de un delito menor de agresión.
Rosengart es un abogado que ha llevado casos de celebridades como Sean Penn y Steven Spielberg y al que Spears contrató hace un mes para liderar la disputa legal con su padre, Jamie Spears, que ejerce como tutor legal de la cantante desde 2008 y controla todos los aspectos de su vida. Aunque la medida fue de carácter temporal en su inicio, se ha mantenido a lo largo de 13 años en los que la artista ha actuado, publicado discos y protagonizado un espectáculo millonario en Las Vegas entre 2013 y 2017. Hace unos días, el progenitor accedió a dejar de ejercer como tutor legal de la artista, aunque se desconoce cuándo y en qué condiciones se pondrá fin a esta etapa.
El conflicto abierto entre la cantante y su padre generó un movimiento en las redes sociales de apoyo a la que fuera una de las más populares artistas estadounidenses de finales de los noventa. El lema “#FreeBritney” (”Libertad para Britney”) tomó impulso este año, tras el estreno del documental Framing Britney, elaborado por The New York Times y que repasa los aspectos más controvertidos y ásperos de la carrera de la artista.
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