El escolta del Unicaja Darío Brizuela ha comentado este sábado, tras retomar el viernes los entrenamientos después de su suspensión por la crisis sanitaria, que “pensaba sinceramente que en el tiro estaría un poco peor” pero subrayó que “uno no se olvida de tirar”.
El Unicaja retomó las sesiones de trabajo después de casi dos meses de parón por la pandemia de coronavirus, ya que el último entrenamiento fue el pasado 13 de marzo.
Brizuela, en declaraciones facilitadas por el club malagueño, dijo que “cuando ya empiezas a tirar y a correr un poco te das cuenta de que el confinamiento ha sido muy largo”.
“No recordaba estar tan cansado desde hace tiempo”, resaltó Brizuela, quien añadió que esto “es normal” y que están “tranquilos” porque “la forma se recuperará en cuestión de días”.
“Tenemos que estar centrados en cumplir los protocolos y en cuidarnos mucho y, cuando estemos entrenando, hacerlo lo mejor posible porque el resto vendrá solo”, argumentó.
El jugador donostiarra explicó las medidas de seguridad que tiene que pasar para acceder al pabellón de Los Guindos, donde se ejercitan, y relató que “al entrar hay que desinfectarse las manos”, luego “te toman la temperatura y rápidamente hay que ir a una zona particular” designada para el trabajo.
“Ahí tenemos una caja con nuestra agua, nuestro balón, las zapatillas, la toalla que son únicamente nuestras y ya vamos cambiados de casa. Además tienes tu canasta que va a ser la misma mientras dure esta situación”, añadió.
El Unicaja dispone de trece jugadores aptos para el regreso a la competición, ya que el alero francés Axel Toupane se recupera en su país de la rotura parcial del tendón de Aquiles de la pierna izquierda.
El escolta Jaime Fernández, por su parte, fue intervenido el pasado jueves de una lesión en ambos talones y estará de baja alrededor de seis meses, según los médicos que le intervinieron.
Otro el escolta, el serbio Dragan Milosaljevic, están sin debutar en la presente temporada y debido a una grave lesión de rodilla.
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