A mediados de julio de 2020, Brooklyn Beckham, el primogénito de David y Victoria Beckham, anunciaba por sorpresa su compromiso matrimonial. Llevaba algo más de un año saliendo con Nicola Peltz, pero ambos estaban decididos a casarse. Ha pasado un año y medio y, por el momento, no ha habido boda, pero la pareja ha querido dar detalles sobre cómo será el evento y ha sorprendido dando a conocer que la unión se realizará por el rito judío.
Beckham y Peltz han dado detalles en un vídeo que han hecho para la edición estadounidense de la revista Vogue y en el que, con motivo de San Valentín, ambos cocinan juntos. Además de preparar pizza con forma de corazón, un cóctel a base de Martini y un volcán de chocolate (”sin lácteos, por el amor de Dios”, clama Peltz), la pareja también habla de sus planes de boda, no desvelados hasta el momento.
Mientras van dando forma al menú, los dos jóvenes (ella tiene 27 años; él está a punto de cumplir los 23) desgranan alguna anécdota relacionada con la cocina que les lleva a hablar del futuro enlace. “Es lo único que pediste en las reuniones acerca de la boda: ‘¡No pongáis platos cuadrados!”, recuerda ella. Aunque por lo que dan a entender la celebración será inminente, en ningún momento dan una fecha para el enlace.
“Esta semana estamos tratando de elegir la bebida principal de nuestra boda”, explica Peltz, mientras que Beckham enumera que están planteándose alguna combinación de Martini con café, lichis o flor de saúco. “Estamos a tope con la preparación de la boda”, relata él. “Es muy divertido y es raro, porque cuantas más reuniones tenemos más real parece todo. Como si todo fuera falso aún”, afirma el novio, mientras ella le secunda.
“Voy a llevar un yarmulke”, asegura él, mientras que ella remacha: “Sí. Una boda judía”. Un yarmulke es una pequeña gorra plana, negra o de color, que usan los hombres judíos en los ritos tradicionales. “La noche del viernes Brooklyn se quedará con mi padre y mis hermanos, y después con su padre y sus hermanos, y tendrá como una fiesta de pijamas de chicos, y yo me quedaré con las chicas. Así que desde la cena del viernes por la noche no nos volveremos a ver, hasta que nos casemos a mediodía [del día siguiente]. Hemos entrado en pánico por eso, por pasar esa noche separados”, comenta, medio en broma medio en serio, Nicola Peltz. “Me pongo triste, es como: ¿y qué pasa si no aparece en el altar y me quedo ahí esperando? Mi mayor miedo”, ríe Brooklyn Beckham. “Definitivamente, yo voy a llorar. No voy a decir la canción con la que entrará, pero cada vez que la oigo me echo a llorar”, asegura él, mientras ella explica que a veces la ponen en el coche. “Pero no demasiado, no queremos aburrirnos de ella”.
Aunque los Beckham son poco religiosos (David ha comentado alguna vez que nació en una familia con ascendencia judía, pero también bautizaron a sus dos hijos menores hace un par de años), los orígenes de Nicola Peltz sí calan definitivamente en el judaísmo. Su padre es Nelson Peltz, un célebre hombre de negocios nacido en 1955 en Brooklyn de una conocida familia judía. Multimillonario gracias a ser dueño durante años de la famosa marca de bebidas Snapple, se estima que su patrimonio neto alcanza los 1.500 millones de euros y Forbes le coloca entre las 2000 personas más ricas del mundo. Nicola, nacida en 1995 en Nueva York, es hija de Nelson y de su tercera esposa, la exmodelo Claudia Heffner, con quien se casó en 1985 y que dejó las pasarelas para centrarse en los negocios familiares. Junto a su marido, gestiona varios fondos de inversión. La joven tiene cuatro hermanos; dos de anteriores matrimonios de su padre y otros dos —el actor Will Peltz y el famoso jugador de hockey Brad Peltz— tanto de padre como de madre. En 2016, Will y Nicola se hicieron tatuajes a juego donde se lee “la familia es lo primero” en caracteres hebreos. Las tradiciones judías son importantes para los Peltz, y según explicó el diario The New York Post, el empresario se gastó más de dos millones de euros en las celebraciones del bar mitzvah de dos de sus hijos, celebrado en un lujoso hotel de Nueva York.
Durante la charla para Vogue, Nicola Peltz también da cuenta de cómo fue su pedida de mano, inesperada incluso para ella. “Brooklyn organizó una pequeña cita nocturna y nos montamos en un carrito de golf para llegar a una zona pequeña desde donde se podía ver todo el lago. Cubrió todo el quiosco con flores”, recuerda ella, a lo que él replica que estaba “supernervioso”. “Él estaba temblando, literalmente, tenía una botella de vino y no podía abrirla. Después se metió detrás de un arbusto y ya se puso de rodillas. Yo no podía ni ver el anillo, me eché a llorar”, recuerda Peltz. De hecho, según recuerda él, la joven tardó “más de cinco minutos en dar una respuesta” a causa de la emoción.
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