El regreso de Bruno Soriano más de tres años después de haber iniciado un calvario de lesiones en la pierna izquierda era uno de los grandes alicientes en la desescalada del Villarreal. Pero parece que tendrá que volver a esperar porque en los últimos días ya no se ejercita al mismo ritmo que esos compañeros.
La buena evolución del capitán groguet en estos últimos meses había puesto al de Artana en disposición de regresar a los terrenos de juego en este tramo final de la Liga que tras el parón del coronavirus. De hecho desde que se regreso a los entrenamientos había entrenado como uno más y llegó a participar en el primer partidillo de entrenamiento que organizó Javi Calleja hace una semana.
Pero en los últimos días sus sensaciones no han sido buenas y se ha vuelto a rebajar el ritmo de sus entrenamientos lo que hace muy complicado que pueda llegar a entrar en la convocatoria para medirse al Celta de Vigo y mucho menos jugar.
Lo que parecía una operación rutinaria tras acabar la temporada 2016-17 para acabar con unas molestias en el tendón rotuliano que no le impidieron jugar hasta el último partido de la campaña tiene tres años en el dique seco al que fuera internacional.
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