Bruselas eleva la previsión de crecimiento de España pero advierte del riesgo de una ola de quiebras empresariales


Tras el mayor batacazo de la Unión Europea, llega también el mayor rebote. Bruselas ha elevado este jueves las previsiones de crecimiento para la economía española del 5,3% al 5,6% en 2021 y del 4,8% al 5,3% en 2022. La tasa proyectada por la Comisión Europea es la más potente de toda la UE.

Aun así, Bruselas cree que a finales de 2022 España todavía no habrá sido capaz de recuperar el producto interior bruto (PIB) anterior a la crisis y, además, afronta el riesgo de un aumento de insolvencias cuando empiece a retirar estímulos a la economía. En cambio, sí ganarán el terreno perdido otros países de la zona euro, que en su conjunto se expandirán el 3,8% este año y el que viene. La previsión de Bruselas está por debajo de la efectuada por el Gobierno (7,2%), aunque no incluye el impacto del fondo de recuperación.

Bruselas exhibe por fin cierto optimismo. La economía europea se asoma a otra recesión después de caer un 0,5% en el último trimestre del año, pero en las instituciones comunitarias temían que esa caída fuera mucho más dura. Y a pesar de que habrá que esperar al segundo semestre para ver un crecimiento más intenso, el buen cierre de 2020 de Alemania o España hacen pensar en una recuperación a partir de junio. Eso sí, con muchos peros: una nueva ola de contagios en la salida de la pandemia retrasaría otra vez la recuperación en Europa, que puede sufrir profundas cicatrices derivadas de quiebras empresariales, desempleo de larga duración o unas mayores desigualdades.

La Comisión Europea, que este jueves ha presentado sus Previsiones de invierno, estima que el PIB de la UE crecerá el 3,7% en 2021 y el 3,9% en 2022 (en otoño contemplaba el 4,1% y el 3%, respectivamente), mientras que en la zona euro lo hará el 3,8% en ambos años (en lugar del 4,2% y el 3%).

“Debido a que la recesión en 2020 no fue tan profunda como se esperaba, y gracias a los avances en materia de vacunas, ahora proyectamos que la economía de la UE volverá a su nivel de PIB anterior a la crisis ya en 2022, incluso si el crecimiento en 2021 se prevé ligeramente más bajo de lo previsto anteriormente”, ha explicado el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.

El informe insiste de nuevo, no obstante, en que esa recuperación será desigual: “La velocidad de la recuperación variará, sin embargo, de forma significativa en la UE. Algunos países han sufrido más durante la pandemia que otros, mientras que algunos son más dependientes de sectores como el turismo, que probablemente permanecerá más débil durante un tiempo”.

Al contrario de lo que sucede con el conjunto de la zona euro, la Comisión mejora sus perspectivas para España en tres décimas este año (del 5,3% al 5,6%) y en cinco el que viene (del 4,8% al 5,3%). A pesar de la mejora, la perspectiva queda por debajo de las previsiones del Gobierno de Pedro Sánchez, que contempla un salto adelante del PIB del 7,2%. Sin embargo, Madrid suele ganar esa batalla de los números con Bruselas. En otoño del año pasado, el Ejecutivo previó una caída del 11,2% del PIB para 2011, mientras que la Comisión lo elevó al 12,4%. Finalmente fue del 11%. Además, el Ejecutivo comunitario no incluye en sus cálculos el fondo de recuperación económica, al que el Gobierno fía 2,1 puntos porcentuales.

“Por razones técnicas, en las previsiones de otoño no incluimos los datos del tercer trimestre. Y después de ese buen trimestre, España tuvo un cuarto trimestre que fue relativamente menos negativo. Entre las grandes economías, España siguió en positivo, con un crecimiento del 0,4%, y en nuestros números el rebote español es muy fuerte y no incluye el plan de recuperación y resiliencia”, ha asegurado Gentiloni.

Recuperación lenta del turismo

La Comisión señala el rebote fuerte del tercer trimestre de 2020, gracias a un confinamiento “duro” pero “menos” que en otros países europeos y la contribución positiva de las exportaciones. 2021 no ha empezado con buen pie, según el informe: la tercera oleada de contagios ha supuesto más restricciones en varias comunidades, lo cual debería llevar a una caída del consumo privado y la inversión.

A medida que la campaña de vacunación avance, se irá liberando la demanda que se reprimía a la espera de lo que pudiera ocurrir. Además, se espera una “suave recuperación” en el turismo internacional, que aceleraría la mejora en la balanza exterior española, sobre todo en 2022. Ese despegue, no obstante, puede verse truncado por una ola de quiebras. “Un riesgo negativo es el de un aumento en las insolvencias societarias, concentradas principalmente en aquellos sectores más afectados por las restricciones de actividad, materializándose a medida que se reducen las medidas de apoyo a las políticas”, sostiene el informe.

Fuentes comunitarias sostuvieron que ese riesgo es más elevado en España a causa de que su tejido productivo está compuesto sobre todo por pequeñas y medianas empresas, que reaccionan con mayor dificultad a un shock como el que vive ahora Europa. Por ahora, la Comisión alaba las políticas adoptadas para proteger los empleos a través de los expedientes temporales de empleo (ERTE) y para dar liquidez a las empresas, cuyo mantenimiento permitirá amortiguar los daños en el tejido productivo y laboral.


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