Bruselas plantea las primeras sanciones contra la energía rusa en respuesta a la matanza de Bucha


Las aterradoras imágenes salidas desde Ucrania en los últimos días, con decenas de civiles asesinados a sangre fría y abandonados en las calles, han llevado a la Comisión Europea a lanzar este martes las primeras sanciones contra la energía rusa. De momento será una prohibición de las importaciones del carbón por valor de 4.000 millones de euros anuales, pero se trata de un primer paso que abre la puerta a golpear el petróleo y el gas, las verdaderas máquinas de generar dinero de un jugoso sector que suma dos tercios de las importaciones desde Rusia del bloque comunitario.

La propuesta de la Comisión, que aún necesita contar con el visto bueno de los Veintisiete, llega tras un tira y afloja entre las capitales para atacar un ámbito muy sensible, al que se resistían países como Alemania y Austria. La presión de los últimos días, con los cadáveres de Bucha y otras ciudades de las afueras de Kiev, en Ucrania, aún frescos en la memoria, ha terminado por doblegar la resistencia.

Queda la incógnita de saber si Hungría, cuyo Gobierno recién reelegido es próximo al Kremlin, se opondrá a la decisión: hasta ahora había expresado su reticencia a incluir la energía en las represalias. Pero el Ejecutivo comunitario lleva semanas negociando y tomando la temperatura a los socios comunitarios, y todo hace prever que habrá calibrado el margen con el que cuenta para que las medidas salgan adelante sin arriesgarse a encontrar un veto por parte de algún Estado miembro.

Las importaciones de carbón ruso por parte de Hungría son, en cualquier caso, residuales. Las de Alemania, que encabeza la lista, suponen en cambio un 38% del volumen de la facturación total de las importaciones; tras este país va Polonia, con un 15%, según el Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA). Esta institución cifra en unos 4.200 millones de euros el volumen de carbón importado de Rusia.

“Hoy proponemos dar un paso más en nuestras sanciones”, ha asegurado este martes la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, al anunciar la propuesta. Durante la alocución ha recordado “las espantosas imágenes de Bucha y otras zonas de las que las tropas rusas han salido recientemente”. Ese, ha asegurado, ha sido el motor que ha puesto en marcha este quinto paquete de represalias. “Las haremos más amplias y más agudas. Para que corten aún más la economía rusa”, ha añadido antes de anunciar que se corta el flujo de carbón de Rusia a la UE, pero que esto es solo una primera piedra en el camino: “Estamos trabajando en sanciones adicionales, incluso sobre las importaciones de petróleo”, ha zanjado.

El nueve paquete sancionador, que se anuncia tres semanas después de que fuera aprobado el último, el pasado 15 de marzo, toca también más sectores y sus líneas maestras han sido avanzadas por Von der Leyen y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, el mismo tándem de líderes europeos que ha anunciado que tiene intención de viajar a Kiev esta semana.

Cierre de los puertos a los barcos rusos

La propuesta del Ejecutivo comunitario incluye la prohibición total de transacciones a cuatro bancos rusos que suman casi un quinto de la cuota de mercado, entre ellos el VTB (el segundo mayor de Rusia); se cierran también los puertos de la UE a todos los buques rusos u operados por Rusia (salvo para productos esenciales de sectores como la alimentación, la ayuda humanitaria o la energía); se prohíben importaciones de bienes específicos y teledirigidos, por valor de 10.000 millones de euros, en áreas en las que Rusia es “vulnerable”, en palabras de Von der Leyen, como los ordenadores cuánticos y los semiconductores avanzados.

Borrell ha explicado que la propuesta de Bruselas incluye también “docenas” de nuevos nombres de personas y empresas que se sumarán a la ya extensísima lista negra de la UE, que incorpora hasta la fecha 877 personas y 62 entidades sujetas a la congelación de bienes y prohibición de viajar a la UE; entre ellos figuran el presidente ruso, Vladímir Putin, y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov (a los que no se les ha prohibido viajar a la UE para dejar abierto un posible canal diplomático).

“El objetivo de nuestras sanciones es parar el comportamiento sin escrúpulos, inhumano y agresivo de las tropas rusas y dejar claro a quienes toman las decisiones en el Kremlin que una agresión ilegal viene acompañada de un coste enorme”, ha enfatizado Borrell.

El golpe al petróleo, si llega en un futuro, sería de efectos devastadores para las arcas del régimen de Vladímir Putin. Es la principal partida energética de las importaciones de la UE desde Rusia: suma 42.000 millones de euros anuales, 10 veces más que el carbón, según cifras del Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA), y por encima incluso del gas, que alcanza un valor de 28.400 millones y del que la UE es, sin embargo, más dependiente.

El bloque comunitario necesita importar el 90% del gas que consume, del que Rusia proporciona más del 40%, según datos de la Comisión. Además, el 27% de las importaciones de petróleo y el 46% de las de carbón también proceden del gigante euroasiático. En 2021, la energía sumó un 62% de las importaciones totales desde el vecino euroasiático a los Veintisiete, según cifras de Eurostat, la oficina estadística de la UE. Y Alemania, el motor económico e industrial de la UE, encabeza el consumo de combustibles rusos: sus importaciones de gas por gasoducto suman un 55% del total de los Veintisiete; las de petróleo alcanzan el 22% del conjunto, seguida de Países Bajos, con un 15%, según CREA.

Una de las incógnitas que se abren ahora es la posible reacción de Rusia a las sanciones. Hace un mes, cuando se planteó la posibilidad de cerrar el grifo del petróleo que fluye hacia la UE, advirtió de que podría contraatacar con el cierre de uno de sus principales gasoductos con destino a Alemania, el Nord Stream 1.

Borrell ha anunciado también durante su comparecencia que ha decidido designar personas no gratas a varios funcionarios de la misión permanente de Rusia en la UE “por involucrarse en actividades contrarias a su estatus de diplomático”. El anuncio llega después de que varias capitales, como París, Berlín y España, hayan anunciado este lunes y martes la expulsión de decenas de miembros del personal diplomático.

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