La Juventus de Turín está necesitada de buenas noticias esta temporada, con un inicio terrible de campeonato, y que mejor que estás vengan relacionadas con dos de los mejores jugadores de la plantilla.
Esta misma semana, Paul Pogba ha vuelto a los entrenamientos, aunque de forma parcial, y Federico Chiesa estará disponible para entrar en la convocatoria del viernes frente al Empoli si Massimiliano Allegri lo encuentra oportuno.
El caso del francés es diferente. Es algo que alienta a la plantilla, pero difícilmente se le verá antes del Mundial de Qatar tras haber sido sometido a una operación en su rodilla derecha a principios de septiembre. De hecho, jugar con Francia es el gran objetivo de Pogba, que este martes ha hecho “parcialmente trabajo con el equipo”, tal y como ha informado la propia Juventus. Ha hecho trabajos de carrera sin balón y luego lo complementó con conducciones con el resto de sus compañeros.
Según los pronósticos de medios italianos, las esperanzas están en ver a Pogba a finales de mes o inicios de septiembre, idealmente en el choque frente al Paris Saint Germain de Champions League, que le valdrá para demostrar a Deschamps que está listo para competir en el Mundial.
En el caso de Chiesa, la cosa está mucho más encarrilada. El extremo italiano, que no ha debutado todavía esta temporada tampoco, viene de superar una rotura del ligamento cruzado que sufrió el pasado mes de enero y tras unas semanas entrenando, está dispuesto a entrar en la convocatoria por primera vez. Un hecho importantísimo para la Juventus de Turín, que necesita reflotar el ataque y encontrar otro socio para Vlahovic además de Di María.