Buscan conservar siete especies de lémures en Madagascar

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  • Busca cambiar hábitos de los nativos que los cazan para comer

Antananarivo, 4 Jun (La Neta Neta).- En un esfuerzo por garantizar la supervivencia de siete especies de lémures en peligro de extinción en Madagascar, un proyecto financiado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) trata de cambiar la perspectiva de la comunidad local, para que de ser una fuente de carne, se conviertan en parte de su patrimonio natural.

El Programa de Conservación del Jardín Botánico Missouri invierte en la conservación del lémur y, actualmente, apoya a la comunidad en trabajos de protección de 11 áreas prioritarias para la conservación de plantas.

Además de sus notables floras, estos sitios también admiten poblaciones importantes de lémures para su cuidado.

Uno de los lugares donde invierten especialmente en la conservación de lémures es en el bosque de Analavelona, en el suroeste de Madagascar, un bosque perenne subhúmedo de 4 mil 487 hectáreas. La vegetación subhúmeda existe en esta parte subárida, debido a la ubicación del bosque en un modesto macizo que tiene un efecto orográfico que causa un aumento significativo de la precipitación.

Analavelona tiene una flora que incluye varias especies amenazadas y endémicas, pero además, el bosque proporciona hábitat a una fauna importante y poco conocida, incluidas siete especies de lémures.

La UICN clasifica a cuatro de estas especies de lémures en peligro de extinción: el de cola anillada (Lemur catta); el Sifaka de Verreaux (Propithecus verreauxi); el lémur deportivo de Hubbard (Lepilemur hubbardorum), y el lémur Phaner pallescens. Además, el lémur marrón de frente roja (Eulemur rufifrons) fue catalogado como casi amenazado.

Todos los lémures están amenazados por la pérdida de hábitat debido a los frecuentes incendios forestales en los pastizales que rodean el bosque y que a veces lo penetran.

Por si fuera poco, los grandes lémures diurnos están amenazados por la caza, aunque la actividad está prohibida por la Ley Malgache.

En un esfuerzo por reducir la frecuencia de la caza en este sitio, la UICN implementó una estrategia de dos vías: cuando la gente local ayuda a instalar cortafuegos alrededor del bosque, son compensados por su trabajo con ovejas en lugar de dinero en efectivo, y se les pide criar ovejas para comer su carne, en lugar de la de lémures.

En segundo lugar, organiza eventos temáticos en las aldeas que rodean el bosque, para transformar los paradigmas locales de que los lémures son una fuente de carne para verlos ahora como parte de su patrimonio natural y una fuente de fascinación y orgullo.

Estos eventos iniciaron en 2019 y y continúan en 2020; consisten en la proyección de películas sobre lémures, sesiones de preguntas y respuestas, y un cuestionario. Hasta la fecha, más de mil residentes, incluidos 487 adultos y 593 niños, han participado en estos eventos que se han organizado en 8 aldeas.

Ahora se monitorea la frecuencia de la caza de lémures en este sitio para dilucidar si las intervenciones han sido efectivas o no.