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Caducidad del agua, la diferencia entre las botellas de plástico y las de cristal

La caducidad del agua, existe y está claramente indicada en cada botella ya sea de plástico o de cristal. Sin embargo existe una diferencia al respecto que es bueno señalar y conocer. Puede que en el caso del agua pensemos (y así es) que su caducidad es mayor e incluso que no existe como tal, pero debemos fijarnos en su fecha de caducidad porque a partir de la misma pierde algunos valores nutricionales y algunas propiedades. Además, el sabor y la sensación gustativa también pueden sufrir variaciones. Algo que puede variar entre botellas de plástico y de cristal como ahora te contamos.

Caducidad del agua: botellas de plástico y cristal

En el discurso sobre la caducidad del agua hay otros factores que junto a los mencionados, es fundamental tener en cuenta. La mayor diferencia hace referencia al material que compone las botellas. Los cuales suelen comercializarse en plástico PET y vidrio.

Y como es evidente, la diferencia entre plástico y vidrio es muy marcada. Y a pesar de que la fecha de caducidad es de entre uno y tres años, cuando tenemos agua embotellada en botellas de plástico en casa. La indicación que se muestra suele ser “para ser consumida preferentemente por” con el mes y el año.

En sí misma, el agua siempre permanecerá sin cambios. Pero es el plástico el que tiende a liberar restos y partículas en el líquido, especialmente en determinadas condiciones ambientales. Esto se acentúa más si las botellas se sitúan cerca de fuentes de calor directo, en primer lugar la luz solar. Por lo que las propiedades del agua en sí pueden verse afectadas y con ello que sea mejor beberse las botellas cuanto antes y además, nunca rellenarlas. Esa liberación de plásticos y restos se producirá cada vez que queramos volver a rellenar la botella de modo que una vez acabada por primera vez es mejor tirarla al contenedor de reciclaje correspondiente.

La ingesta continua de este tipo de agua contaminada podría tener consecuencias para la salud. Además, la eliminación de botellas de plástico también crea numerosos problemas. Es un material no biodegradable y por lo tanto puede persistir en la naturaleza durante décadas y décadas.

El vidrio, en cambio, es mucho más fácil de desechar y por este motivo el consejo es utilizar envases embotellados en cristal que además no liberan nada y que podemos reutilizar y además, pasa por procesos de filtración más apurados. En el caso de querer saber cuánto nos va a durar lo cierto es que la caducidad será como dijimos de un máximo de tres años.


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