El Real Madrid arrancó este martes en Glasgow la defensa de la corona continental con un triunfo más claro en el marcador que en el terreno de juego de Celtic Park, un templo del fútbol donde los blancos, sometidos a un ‘infierno verde’ durante buena parte de la contienda, sufrieron más de la cuenta en la primera mitad para resolver tras el descanso.
La mala noticia para el equipo de Carlo Ancelotti fue la lesión de Karim Benzema, pero también hubo una buena: el ‘renacimiento’ de Eden Hazard, precisamente el sustituto del delantero francés. El belga participó en la elaboración del segundo tanto, obra de Modric, y firmó el definitivo 0-3 en una convincente actuación que el madridismo espera que sea un punto de inflexión.
Benzema hizo saltar todas las alarmas cuando se vio obligado a abandonar el verde de Celtic Park a la media hora con un problema en su rodilla derecha que habrá que ver, a falta de conocer el alcance real de la lesión, si pone en riesgo la participación del galo en el Clásico que se celebrará en el Estadio Santiago Bernabéu dentro de seis semanas (15-16 de octubre), aunque en el club blanco son optimistas con el percance de Karim, al que restan gravedad en boca de Carlo Ancelotti.
Con claros gestos de dolor, Benzema intentó seguir en el terreno de juego e incluso trató de esprintar en una acción, pero finalmente, ante la mirada de preocupación de sus compañeros y del banquillo, tuvo que ser sustituido por Eden Hazard, que jugó de falso 9, y al que Ancelotti antepuso a Rodrygo Goes pese al buen momento del joven atacante brasileño, cuya entrada al campo se produjo ya con todo resuelto.
La arriesgada apuesta no le pudo salir mejor a ‘Carletto’, cuando la cosa pintaba muy fea con la lesión de Benzema, unida a unas molestias de Militao en la pierna izquierda que le impidieron jugar en la reanudación.
Hazard brindó al madridismo una esperanzadora segunda mitad con un gol y una asistencia, la que el ex del Chelsea le sirvió a Luka Modric para que el croata la culminara con un bonito tanto con el exterior de su bota derecha. Una diana que llegó en el partido número 100 de Champions del balcánico y que fue un regalo anticipado de cumpleaños para este incombustible futbolista que el viernes celebrará 37 ‘primaveras’. El tiempo no pasa para el genio de Zadar. Tampoco para un Madrid que sigue coleccionando triunfos en su competición fetiche.