Una de las grandes novedades que apareció en el primer once titular de Pep Lluís Martí fue Jordi Calavera, lateral diestro cedido por el Eibar, que, hasta el momento, bajo la tutela de Unzué, tan solo había jugado un encuentro desde el inicio.
“Estoy contento y satisfecho de como salió el partido y del resultado para el equipo, pero también de volver a sentirme importante. El año pasado fue el peor de mi vida y vine aquí para recuperar la sonrisa y hasta el momento no había podido hacerlo. Verme en el primer once del nuevo técnico me llenó de confianza”, confesó el futbolista, que con Unzué era siempre uno de los descartes.
Calavera, que tan solo había sido titular en Almería, en el que fue uno de los peores partidos que ha disputado el Girona, apuntó también que cree que su actitud ha sido clave “para volver a jugar”. “Cuando te ves en la grada semana tras semana resulta muy complicado, pero entendí que lo que debía hacer era prepararme y animar al equipo como fuera”, indicó.
Una de las nuevas directrices de Pep Lluís Martí es que todo el mundo este enchufado y que cualquiera pueda ser importante en este equipo, algo que el jugador de Valls aseguró. “No sabía que jugaba hasta que el míster dio la charla en el vestuario. Escuché mi nombre y luego nada más. Me concentré en intentar hacer un buen partido y ayudar al equipo en todo lo que fuese”, sentenció.
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