La reanudación de LaLiga para que se disputen las 11 jornadas restantes que completen el campeonato exigirá al Espanyol de Abelardo ofrecer lo mejor de sí mismo para lograr la permanencia. Eso es lo colectivo, pero en lo individual, además de acontecer también ese requerimiento, para ciertos jugadores se trata de una oportunidad para mostrar sobre el terreno de juego todo lo que por una razón u otra no desarrollaron este curso antes de que llegase el parón. En esa tesitura se encuentran los pericos Fernando Calero y Matías Vargas, que llegaron el pasado verano con la vitola de grandes refuerzos y hasta la fecha no han justificado los 8 y 10’5 millones de euros respectivamente que se pagaron por ellos. En cierto modo, se trata de dos fichajes de primavera.
[+] Wu Lei, Melendo y Calero han mostrado su habilidad con la cabeza:
Sin la vitola de titulares
Ambos llegaron al parón fuera del plan principal de Abelardo. En lo que respecta a Calero, ni siquiera el hecho de que David López regresase al centro del campo le ayudó a hacerse un hueco en el centro de la zaga, estando por delante de él en las preferencias del técnico asturiano Leandro Cabrera, Bernardo Espinosa e incluso Naldo. A Calero, no obstante, se le vio jugar en el doble enfrentamiento europeo ante el Wolves, y tanto en el Molineux Stadium como en Cornellà-El Prat ofreció un rendimiento aceptable.
En cuanto al ‘Monito’ Vargas, la salida de Machín, en cuyo sistema al parecer tenía difícil encaje (discutible), prometía beneficiarle en la lucha por tener minutos, pero lo cierto es que con Abelardo tampoco consiguió hacerse un hueco en el equipo de titular. De hecho, incluso se quedó fuera de la convocatoria para viajar a Pamplona en el que fue el último compromiso del Espanyol antes del parón.
El regreso en cierto modo es un nuevo comienzo, y tanto Calero y Vargas lo reciben con ganas de demostrar su valía.
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