El coordinador de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, aseguró que los hechos de violencia registrados en los últimos días en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua y Baja California no son aislados, sino “estratégicos, reactivos y sincronizados” tras años de complicidad entre autoridades y delincuentes.
En un artículo publicado en su página web, señaló que la ola de violencia vivida estos días es una muestra de “la necesidad de fortalecer una institución capaz de hacer frente a las prácticas cada vez más radicales de los grupos del crimen organizado, que disponen de tácticas y estrategias y cuyo interés es atemorizar a la población y debilitar a la institución”.
“Está claro que la pacificación es aún un tema pendiente, que necesita de una solución de largo plazo y que ha puesto en el centro del debate cuál deberá ser el futuro de la Guardia Nacional”, dijo.
Señaló que si se pretende modificar el carácter civil del cuerpo y transformarlo en militar, “sin duda se requeriría de una reforma a la Carta Magna, pues en la jerarquía de leyes prevalece ésta por encima de cualquier otro ordenamiento jurídico ordinario o reglamentario”.
Sobre el planteamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador de transferir a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por la vía de un acuerdo presidencial, señaló que ello “generaría reacciones e inconformidades ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por parte de grupos políticos y sociales”. “Sin embargo, el tiempo que tardaría el procesamiento de los recursos interpuestos agudizaría los desacuerdos, pues la demora profundiza las diferencias”, mencionó.
Fue acertado crear la Guardia Nacional, que está en proceso de maduración y goza de alta confianza ciudadana. Todo cambio a su naturaleza jurídica implica adecuar la Constitución. En el Senado actuaremos con responsabilidad. Te invito a leer mi artículo: https://t.co/q9C4xyV5Wy
— Ricardo Monreal A. (@RicardoMonrealA) August 13, 2022
El también presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, detalló que estará atento a la presentación de una reforma constitucional en la materia, en el Congreso de la Unión, “para ofrecer un debate amplio, reflexivo y respetuoso, a fin de lograr lo mejor para nuestra nación”.
Monreal explicó que cuando el gobierno actual asumió el poder, en diciembre de 2018, se encontró con que los grupos criminales habían ampliado su radio de acción en el país, “con la tolerancia, complacencia o complicidad de las organizaciones policiales civiles, y probablemente hasta militares”.
Puntualizó que así lo demuestran las investigaciones en curso de altos funcionarios con nexos con estas agrupaciones, “al igual que episodios lamentables, entre ellos, el fallido operativo Rápido y Furioso y otros eventos de la misma magnitud”.
Por lo tanto, la estrategia iniciada en este gobierno planteó atacar las causas de la delincuencia, además de crear una institución como la Guardia Nacional, capaz de hacerle frente a los grupos criminales y “que aspirara a estar libre de colusión, que fuera efectiva y disciplinada, y que actuara con protocolos que permitieran respetar los derechos humanos”.
Monreal Ávila apuntó que en la actual coyuntura es necesario revisar el pasado, presente y futuro de la Guardia Nacional.
Señaló que cuando en 2019 los senadores aprobaron la creación del cuerpo, establecieron que éste fuese una institución de carácter civil y se determinó que en cinco años las Fuerzas Armadas se retirarían gradualmente de las tareas de seguridad pública, como quedó asentado en el artículo quinto transitorio del decreto por el que fue creada.
Consideró que en los gobiernos anteriores, al verse rebasadas las corporaciones policiacas por el crimen organizado, fue necesario que las Fuerzas Armadas implementaran la estrategia de combate frontal contra la delincuencia organizada, “extralimitando en los hechos lo que la Constitución dicta que deberían ser sus funciones”.
Por esa razón fue necesario un cambio constitucional que permitiera la actuación de éstas en tareas de seguridad pública: “La Guardia Nacional nace precisamente de la concepción de conjuntar el mando civil con la disciplina y la efectividad castrenses, como una vía para contar con una corporación capaz de hacer frente al crimen organizado”.
“El acuerdo que se alcanzó en la Jucopo del Senado de la República en febrero de 2019 se enfocó en establecerlas bases de esta institución y delimitar una temporalidad que permitiera su maduración, así como el regreso paulatino de las Fuerzas Armadas a las labores que legítimamente le corresponden”, dijo.
En ese sentido, apuntó que se establecieron límites a su actuación, como el de la seguridad nacional e interior, por lo que la Guardia Nacional no puede emprender acciones destinadas “a mantener la integridad y permanencia del Estado mexicano, así como tampoco las orientadas a salvaguardar los órdenes de gobierno e instituciones”.
Monreal explicó que para asegurar su carácter civil, se estableció su adscripción orgánica y funcional a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, “y no a alguna otra autoridad federal vinculada a las materias de seguridad nacional o de seguridad interior”.
Además, dijo que el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada de México “no tienen conferidas funciones para prevenir, investigar o perseguir delitos”.
El senador morenista considera que a 19 meses de que se cumpla el plazo que constitucionalmente se estableció para que las Fuerzas Armadas dejaran de realizar tareas de seguridad pública, la Guardia Nacional depende en gran medida de los elementos adscritos a éstas, lo que “abre de nueva cuenta un debate sobre el futuro de esta corporación y, con ello, del proceso de pacificación en el país”.