El trabajo de
Gaizka
Garitano
al frente del primer equipo ahí queda. De arrancar en zona de descenso a llegar a la última jornada del campeonato con posibilidades hasta de terminar sextos en la tabla. Todo pasa por ganar en el Pizjuán. El resto de las opciones continentales bilbaínas se reduce al empate bien en Sevilla, bien en Cornellà. El mérito del técnico deriotarra y de su grupo de trabajo es incuestionable. No resulta tan sencillo salir del fango clasificatorio. Solo hay que fijarse en cómo celebraban el pasado domingo en el Estadio de la Cerámica la permanencia de un equipo acostumbrado de un tiempo a esta parte a terminar en puestos UEFA. Al Villarreal sí que le ha costado dios y ayuda escapar del descenso.
La reacción de los leones, en cambio, resultó fulgurante tras la llegada del deriotarra. Sin prisa pero sin pausa, el Athletic fue escalando posiciones poco a poco. El fundado canguelo existente en el Botxo en diciembre de 2018 fue girando a una normalidad casi nunca suficientemente bien valorada en una entidad a la que el peso de la historia le pesa mucho más que a cualquier otra. Lo de “siempre en Primera” supone una especie de guillotina anímica y emocional para los rojiblancos de turno cuando, como esta vez con el técnico argentino en el banquillo, vienen mal dadas.
El análisis actual en el Athletic, como en buena parte del resto del planeta fútbol, gira ahora en torno al cómo jugamos
El análisis actual en el Athletic, como en buena parte del resto del planeta fútbol, gira ahora en torno al cómo jugamos. Los pragmáticos defienden el ganar, ganar y ganar y los puristas el toque, toque y más toque. La virtud, seguramente, estará en el medio, como proclamaba
Aristóteles
. Independientemente de acabar hoy sextos, séptimos u octavos la Liga; vaya por delante que el trabajo de Garitano y compañía bien merece el aplauso.
Source link