Campazzo da el salto a la NBA y ficha por los Denver Nuggets para las dos próximas temporadas


Con la maleta en la puerta pero sin reparar en compromiso, Facundo Campazzo lanzó al Real Madrid a un festín solidario ante el Fenerbahçe (94-74) en el que el conjunto de Laso se repartió hasta 31 asistencias, 12 de ellas del Facu antes de poner rumbo a la NBA. Abalde (17 puntos) y Tavares (13) lideraron un triunfo coral con aires de homenaje al base argentino. No fue mayor la tunda del conjunto blanco, que llegó a ir 26 arriba en el marcador, porque Danilo Barthel y Lorenzo Brown, 40 puntos entre ambos, intentaron conservar la honrilla de un Fenerbahçe desnaturalizado y falto de carácter. Jugó el Madrid con el viento a favor tras marcar territorio sin contemplaciones, desde el salto inicial y hasta agarrar su sexta victoria en 10 jornadas de la Euroliga, la quinta consecutiva para saltar del 16º al 5º puesto de la clasificación.

Se jugaron dos partidos en uno en el WiZink Center; el décimo del Madrid en el torneo, para confirmar su dinámica ascendente y, a la vez, el último de Campazzo en la Euroliga con la camiseta blanca. Si no cambia el guion previsto, el Facu anunciará en los próximos días su marcha a la NBA y dejará en las arcas de club seis millones de euros, a abonar en tres plazos, para tapar o aliviar su ausencia. “Facundo va a jugar la próxima temporada en la NBA. Tiene más oportunidades de ir a la Conferencia Oeste y no será en un equipo humilde”, certificó en la víspera su representante, Claudio Villanueva, apuntando con sus pistas a los Denver Nuggets como destino. Además de ayudar a su equipo en los dos meses y medio disputados este curso, Campazzo ha ido descontando, con su sueldo, el primer pago del cheque de salida a la meca estadounidense. El tramo inicial de su salario anual de esta campaña (1,8 millones, reducido a 1,6 tras el recorte por la pandemia) lo ha destinado a cubrir parte de la cláusula. Con la hucha de ese primer plazo y el ahorro del sueldo del base argentino, el Madrid permanecerá atento al mercado para un posible refuerzo pero, mientras aparece alguna pieza que encaje en el engranaje y sea buena, bonita y barata en tiempos de recesión, las opciones de Laso son las que hay en la actual plantilla.

Explicó el entrenador madridista hace mes y medio que, con tres bases puros en la plantilla (Campazzo, Laprovittola y Alocén), trasladaba oficialmente a Llull al puesto de escolta y que incluso Abalde entraría antes que el menorquín a cubrir contingencias en la dirección del equipo. Habrá que ver como se retocan ahora los roles en la sala de máquinas. Con Laprovittola, Alocén, esa polivalencia de Llull y Abalde, alguna aportación de Causeur y quién sabe si algún bautismo iniciático de los pujantes canteranos Juan Núñez (16 años) y Matteo Spagnolo (17), ambos incluidos en la lista de la Euroliga, continuará arando Laso su prolífica cosecha. La marcha de Campazzo genera, eso sí, un agujero en la línea sucesoria de los bases madridistas. Un puesto absolutamente estratégico en este Madrid. Cuando se marchó el Chacho, Llull estaba en plena madurez. Cuando el menorquín sufrió una grave lesión de rodilla en 2017, Doncic ya había roto los percentiles. Y cuando Luka dio el gran salto, el Facu ya se había desatado reclamando galones. Todos han sido imagen de marca del lasismo. En estos años, el Madrid ha fichado 33 jugadores: 15 pívots, 13 exteriores y solo cinco bases (Draper, Campazzo, Randle —recambio temporal de Llull—, Laprovittola y Alocén). No es fácil llevar el número uno en la pizarra madridista.

Menos aún con la mezcla de sencillez y suficiencia con la que se maneja Campazzo en estos tiempos en Europa. Con seis asistencias en nueve minutos (9 al descanso), el Facu descosió de salida al Fenerbahçe, igual que hizo con el Maccabi. El base argentino lideró un parcial de 26-9, con nueve puntos de Randolph (3 de 4 en triples) y siete de Tavares (además de cuatro rebotes y tres tapones), que dejó tiritando al cuadro de Kokoskov. El pulso, un clásico del último lustro en la competición —semifinal de 2015, playoff de cuartos en 2016, semifinal de 2017, final en 2018 en Belgrado y partido de consolación en 2019—, resultó irreconocible por la disolución del póster del conjunto turco sin el tótem Obradovic. Una transformación a la que se añadió un parte médico con las bajas de De Colo y Vesely. La embestida madridista se cerró con un 28-12 en el marcado del primer cuarto, con un concluyente 44-2 en la valoración colectiva. El festín acabó con 31 asistencias, 8 robos y solo 8 pérdidas.

Intentó resistirse el Fener a un zarandeo similar al que sufrió en el Palau la semana pasada (97-55) pero, la que comenzó siendo la mejor defensa del torneo, se fue al descanso con 49 puntos en contra. La vigorosa aportación de Abalde, en defensa y ataque, se sumó a la recuperada solidez de Deck y el Madrid tanteó el demarraje definitivo. No lo logró en la primera mitad porque Barthel y Brown aguantaron el tipo. Pero, a la vuelta del entreacto, los primeros puntos de puntos de Campazzo (7 en un santiamén) y de Rudy, sumados a otra ráfaga de Albalde acabaron con cualquier intriga (72-48, m. 29). La retirada del propio Rudy a vestuarios, a cinco minutos del final y con preocupantes gestos de dolor tras un golpe en la espalda, fue el único contratiempo para los de Laso (”es pronto para valorarlo, pero espero que no sea nada grave”, señaló el técnico después). Llegó la quinta victoria consecutiva del Madrid en la Euroliga, la décima seguida contando con la ACB desde la derrota ante el Barça en el Palau el 23 de octubre que marcó un punto de inflexión en un rearme que ahora se pondrá a prueba con la marcha de Campazzo, la piedra angular. “Laprovittola ha repartido seis asistencias en 10 minutos, con mejor ratio que él”, despejó de primeras Laso cuando le preguntaron por el Facu. “A partir de ahí, sé que el mercado de la NBA se abre esta madrugada, pero lo único que tengo en mente es que el domingo jugamos contra el Manresa en la Liga y Campazzo va a jugar ese partido”, cerró.


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